José María y Corina lo habían conversado en alguna de sus tardes de té y facturas: toda muerte engendra ausencias y cada ausencia es un pedazo de muerte que se adhiere para siempre a nuestra piel de solos.
(De El perpetuo exiliado, 2016).
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lunes, mayo 20, 2024

«Lo nuevo parecería el reciclaje creativo, en versión 2.0, de aquello que ya aconteció en la historia literaria»

En el número 187 de la revista Rocinante (mayo, 2024), aparece una entrevista que aborda reflexiones en torno al momento social actual visto bajo la lente de la literatura y la cultura. Comparto en esta entrada una versión resumida de aquella.

 

En estos tiempos de difícil interpretación, ¿cómo caracterizaría el panorama social y cultural?

Se ha vuelto un lugar común citar a Bertolt Brecht al hablar de crisis: malos tiempos para la lírica. Quizás, repetimos el título del poema de Brecht como una consigna porque la poesía, entendida como el arte de la literatura, es siempre la palabra del poeta de la tribu frente al poder del mundo que, en todos los tiempos, desdeña al poeta y su palabra. Vivimos en la cultura del espectáculo y las noticias falsas, y del ascenso de un neofascismo que reniega de las normas de convivencia de la propia democracia burguesa y que está conduciendo al mundo hacia la destrucción planetaria. Como dicen los versos finales del ya citado poema de Brecht: «En mí luchan / el entusiasmo por el manzano florecido / y el espanto por los discursos del Pintor de Brocha Gorda. / Pero solo esto último / me empuja a la mesa de escribir».

 

Hace cien años era el tiempo de las vanguardias artísticas. Hoy, ¿por dónde corren las búsquedas literarias en mayor auge?

            Cada vez nos resulta más difícil la novedad del espíritu vanguardista que se da en toda época; a lo mejor, porque, con el paso del tiempo, la tradición que nos antecede es mayor y más consciente. ¿Cómo ser originales en el arte de la novela después de la segunda parte de El Quijote? Lo nuevo parecería el reciclaje creativo, en versión 2.0, de aquello que ya aconteció en la historia literaria. Hoy, como la más interesante de las tendencias entre nosotros, existe un neo-romanticismo ecléctico que, desde una mirada contemporánea de la ironía romántica, reelabora el horror gótico y la novela histórica, conflictúa el amor desde una sexualidad no-binaria, reafirma el yo mediante la auto ficción y el individualismo liberal de quien escribe, y proclama la libertad de las formas junto con la ruptura de las fronteras de los géneros literarios. Al mismo tiempo, existe una literatura que todavía se alinea con el desencanto ideológico y el esteticismo de la posmodernidad, y otra tendencia literaria más que busca provocar al público desde los tópicos del realismo sucio. Finalmente, no es la pertenencia a una u otra tendencia —que siempre es moda y, como tal, está sostenida por el mercado— lo que define su calidad literaria, sino el texto, es decir, la escritura.

 

¿Se podría hablar de una transformación en los comportamientos lectores actuales? En una entrada de su blog, reflexionaba sobre la inteligencia artificial (IA)…

En la medida en que somos una sociedad más alfabetizada, es natural que la población lectora aumente y sea más crítica frente a lo que lee. Lastimosamente, mientras vivamos en una sociedad económicamente inequitativa y socialmente injusta, el público lector de literatura será minoritario. Soy pesimista frente a los efectos sociales inmediatos que produce el desarrollo de la IA por la manera cómo se la está abordando en el sistema educativo: veo, con preocupación pedagógica, la tendencia de promocionar a la IA como un instrumento que economiza tiempo y hace más fáciles las “tediosas” tareas de escribir y leer. Al permitir que la IA reemplace las funciones básicas del lenguaje humano ponemos en riesgo, como en una novela distópica, la capacidad misma de pensar de la humanidad.


Su novela Acoso textual (de 1999) fue una de las pioneras en abordar el mundo de la virtualidad y las posibilidades de construir y desarmar en ella las identidades.

Acoso textual es una novela epistolar en la que, en vez de las tradicionales cartas, utilicé correos electrónicos que aún se escribían en una plataforma llamada pine; pero, sobre todo, es una novela cuyos personajes viven como sujetos escindidos, que se identifican con cada una de las máscaras que permite el nombre con el que navegamos en la red, y que, a pesar de la conexión permanente, están esencialmente solos. Por eso, en Acoso textual, el personaje principal, cuya identidad genérica no está definida, necesita desconectarse de las relaciones virtuales para encontrar la libertad y el amor a través de relaciones personales en el mundo físico.

 

¿Cómo aprecia ahora el rol de las redes sociales, como espacios de interacción (des-corporeizada) que gravitan en las dinámicas sociales?

Similar a Internet, que es una biblioteca virtual caótica, mutante e infinita, las RS tienen una dinámica que satura la capacidad del ser humano para procesar hechos, datos y escenarios. X-Twitter ha transformado el diálogo democrático en una diatriba constante, cada vez más violenta, que se escuda en el anonimato y la desvergüenza, pero, asimismo, ha posibilitado una ampliación de las demandas ciudadanas y una exigencia, cada vez mayor, de rendición de cuentas a todo poder gubernamental. En Instagram, por el contrario, se ha romantizado la cotidianidad a niveles de una cursilería espantosa y, como también en Tik Tok, hay un exhibicionismo narcisista que consume el tiempo de las personas. Ninguna IA puede reponer el tiempo perdido en las tonterías de las RS; aunque, como de todo se da en el jardín de la virtualidad, también hay líneas educativas y de esparcimiento bastante dignas.

 

En su obra, algunos personajes están en situación de devenir, de proceso inacabado, y sus existencias se muestran como una interminable trans-formación…

            Somos seres que nos vamos haciendo durante la vida, seres en permanente transformación; los seres humanos siempre hemos sido transitorios. La diferencia es que ahora, con el fin del optimismo de la modernidad, somos, tal vez, más conscientes de nuestra condición de seres inacabados y escindidos, en un continuo devenir. Mis personajes —como Gabriela, la mujer trans de Gabriel(a) (2019), o los seres que padecen de intensidad de vida en la experiencia de lo erótico de Pubis equinoccial (2013)— son transeúntes, habitantes de una edad de tránsitos.

 

Otra constante de sus obras es la soledad esencial de las personas. ¿Cree que esa condición ha tomado un especial cariz en esta época de hiperconexión?

La soledad, en esta época de hiperconexión, por el aislamiento intrínseco de los individuos que conlleva la conectividad virtual, sigue siendo, en esencia, la soledad que ha experimentado el ser humano cuando se enfrenta a sí mismo, a la contemplación del mundo o a la muerte. Esta soledad, entendida como una condición de la existencia, es la que viven los personajes de Máscaras para un concierto (1986), Fiesta de solitarios (1992) o de Marilyn en el Caribe (2015), todos ellos, seres que están en la búsqueda de la ternura compartida para sobrevivir. En un poema de Cánticos para Oriana (2003) alcancé a balbucearlo: «La soledad esencial de la mujer que espero / se mezcla con el vacío que llevo adentro». Ahora vivimos la soledad sin consciencia de nuestra condición de solos y con el agravante de la falsa ilusión de comunidad que produce el mundo virtual.

 

En dicho contexto, se señala que la democracia misma (como un sistema basado en el diálogo y los consensos) está en tela de juicio. ¿Cómo analiza esta situación?

            La justificación por razones ideológicas y políticas de la posverdad —que no es sino el sobrenombre marqueteado de la mentira— y la proliferación amoral de las noticias falsas, a través de ejércitos de troles, están destruyendo el contrato social de la democracia burguesa. Lastimosamente, las RS no han democratizado el acceso al saber y al pensamiento crítico, sino a la desfachatez de la estulticia. El caso de Donald Trump y su difusión de bulos es un ejemplo que nos debería horrorizar pues la repetición en RS de su mentira sobre un inexistente fraude electoral creó las condiciones políticas para el asalto al Capitolio por una turba de fanáticos trumpistas. La receta, que al neofascismo le pareció exitosa, fue repetida por las huestes de Jair Bolsonaro, en Brasil. No es que la democracia esté en tela de juicio; lo que sucede es que el neofascismo pretende destruir los cimientos democráticos con la retórica de la Guerra Fría. Y las ganancias del negocio de la destrucción de la democracia burguesa son para Elon Musk.

Ver la entrevista completa

domingo, enero 02, 2022

Balada de Oriana y Constantino


El trovador

 

El muelle de la espera cruje asediado

de eternidad y mar cobijado en luna.

 

La paciencia de los hombres duerme

envuelta en la bruma que permanece ciega.

 

La desazón se amalgama con el ansia

moho que carcome por siglos la madera.

 

Desolado paraje de lo ignoto persiste

en su osado desvarío de convocar

al impasible ente sin final posible.

 

¿Qué recompensa, entonces, aguarda

para aquel que resiste la incertidumbre

del agua que nunca vuelve?

 

¿Qué destino toca para aquel

que plantó morada en el laberinto

irresoluble de las edades y su extravío?

 

 

Oriana

 

Vengo y debo marchar sentenciada

a no conocer de puertos para el descanso

urgida a siempre partir sembrando

la idea de mi rostro difuminado

en la persona que desde ya es ayer.

 

Soy un adiós continuo desangrado

en el espacio intenso de la entrega.

 

Vengo del azul que habita la flor

que en un día sabrá de sol y tinieblas;

ella se enciende aunque conozca

su fulgor premonitorio de cenizas

en el desvanecimiento de mis huellas.

 

Soy un adiós continuo conjugado

con la desmemoria del que se queda.

 

 

Constantino

 

He habitado el vacío del legionario perdido

la oquedad desolada que atraviesa las estaciones

he perseverado en la mirada sin culpa

de quien aguarda la volátil maroma del fuego.

 

Permanezco estacionado en la piedra

sin huella ni signo de quien se fue.

 

La espera es mi divisa

suficiente para sufrir

el cielo encarnado de las tardes

necesaria para celebrar

el infierno gentil del temeroso.

 

He construido mi febril existencia

con adioses crepitando siempre

he saldado mis cuentas con divinidades

que me condenan al tormento de aguardar.

 

Permanezco estacionado en el desvanecido

gesto de quien parte y ya no mira atrás.

 

 

Oriana

 

Sobrevivir al mundo es una osadía de los mortales

que se saben perentorios en un tiempo infinito.

Mas no me interesa la duración

milenaria de volcán apagado

ni la eternidad aletargada de los lagos.

 

Prefiero el destellante esplendor de la mariposa

arcoiris que revolotea al final de la tempestad.

Anhelo el suceso que me queme

con la vivacidad del leño

en la caldera atizada por desaprensiva mano.

 

Vivir en el mundo es trascender la conquista

de la cordura que semeja lo inerte.

Vivir es el encuentro buscado

del instante que nos marca indeleble

en el fulgor perenne de la piel extendida.

 

 

Constantino

 

Eres transeúnte, oh Mujer, y tu condición me hiere.

 

La sangre es pasajera de los siglos

que se despeñan al abismo sin retorno de lo que fue

su mancha quedará grabada como un estigma de lo perentorio

cuando la daga caliente de la piel de paso

ya penetra otra carne, otro dolor de esperas.

 

La sangre baña nuestro tránsito de solos.

 

 

Oriana

 

Dirán que fue un oasis enterrado

por la tempestad de arena

que ciega a los hombres de paso errabundo.

Pero tú y yo hemos bebido del cántaro

efímero de presente irrepetible

episodio lejano en su propio acontecer.

 

Dirán que lo inventamos todo

para construir un asidero en el futuro

de polvo desolado en el que mendigaremos.

Pero tú y yo deambulamos marcados

por la mácula de la nostalgia perpetua

en la trémula piel del cuerpo encendido.

 

Dirán, con vulgaridad, que lo habremos soñado.

 

Pero tú y yo nos estremecemos

con la ofrenda de vida que, atropellando

a la desmemoria del ser, palpita.

 

 

Constantino

 

La eternidad se ha estacionado

en el recodo de Alma al que vivo asido.

 

El tiempo es la verdad inaccesible que nos duele.

 

Junto a mí, tu vacío de ti y en él...

¡la trasparencia de tu Ser que arde!

 

 

Oriana

 

Quedaron las pirámides, los palacios, las murallas;

lugares de culto a donde las muchedumbres acuden

para llevarse el piadoso recuerdo de las fotografías.

 

Los hombres han construido monumentos

que el polvo de las edades persistente desgasta.

 

De los nombres de sus constructores

apenas leyendas, rumores de presencia confusa

en el palimpsesto empolvado de las edades.

 

Oráculo en ruinas de quienes intentaron

perpetuarse en la memoria de otros hombres.

 

Yo no pretendo más eternidad

que ser la lumbre de tu espíritu inflamado

y un rostro incandescente en tu mirada.

 

En intento enajenado para derrotar al olvido,

anhelo ferviente tu semilla impregnada en mí.

 

 

Constantino

 

Vaciados de tu paso de animal migrante

los caminos, destinos enlutados, asideros

de la memoria en la que por siempre habitas;

los hogares, leños marchitos, pervivencia

del Alma incrustada en mi costado;

los relojes, crueldad del invencible Cronos,

cicatrices en la piel desgarrada del solo.

Ellos son testigos inmóviles de tu existencia.

 

Vientre impregnado, transgresión de mortales

tentando a las furias de lo efímero,

¡llévate una parte de mi existencia

en tu gruta de vida iluminada!

 

 

El trovador

 

El muelle de la espera ha perdido

el nombre de las aguas que lo bañan.

 

En un recodo del tiempo supo

del mar de Odiseo y su ansia de regreso

al vientre encendido que del mismo

que se fue espera su vuelta en vano.

 

En el presente inasible de los mares

ha sido testigo del encuentro sin tregua

anhelado por las almas extraviadas

en las encrespadas aguas de las premoniciones.

 

Los mares perviven en cruenta lucha contra el tiempo

que nos acecha feroz al otro lado del imperturbable olvido.

 
La bruma solitaria acaricia al muelle de la despedida.

 

 

De Cánticos para Oriana (2003)


domingo, marzo 15, 2020

Cuestionario Proust-Pivot, en revista Pixeletras



El novelista francés Marcel Proust (1871-1922), autor de la monumental saga En busca del tiempo perdido, respondió con apenas trece años a un juego de preguntas y respuestas titulado Confesiones. Un álbum para documentar pensamientos, sentimientos, etc. Las interrogantes estaban hechas en inglés, pero el escritor respondió en francés. El cuestionario, como parte de un popular juego de salón, le fue dado a Proust por su amiga Antoinette Faure, hija del presidente de Francia, Félix Faure. Años después, entre 1891 y 1892, un veinteañero Proust respondió en francés a un juego titulado Las confidencias de salón. Esta segunda versión traducía algunas preguntas de la versión inglesa e incorporaba otras. El manuscrito original, que se llegó a conocer como Proust por sí mismo, fue subastado en 2003.
Las preguntas proustianas siempre fueron recordadas como la versión victoriana de los tests de personalidad actuales, y fueron usadas por el conductor televisivo Bernard Pivot entre 1975 y 1990, en su programa Apostrophes, por el cual pasaron Miterrand, Polanski, Bordieu, Eco, Yourcenar, Nabokov, Kundera, y otros tantos. En 1993, la revista Vanity Fair lo usó con mucho éxito, llegando inclusive a publicar una antología con las respuestas de las celebridades escogidas.
Una variación del cuestionario de Pivot ha sido reciclado por James Lipton desde 1994 en su programa de entrevistas Inside the Actors Studios, aunque eliminó las preguntas 40 y 41 por considerar las inapropiadas para la sociedad norteamericana. Pixeletras ha retomado el cuestionario original Proust y, a partir de la pregunta 31, inserta las utilizadas por Pivot y Lipton.


01
¿Principal rasgo de su carácter?
Paciencia de orfebre de taller de la Colonia, y perseverancia de cantante de karaoke para lograr afinación.

02
¿Qué cualidad aprecia más en un hombre?
La sencillez y la transparencia de una gota de agua.

03
¿Y en una mujer?
La lucidez y la fuerza moral de Rosa Luxemburgo.

04. ¿Qué espera de sus amigos?
Que sean solidarios de manera cotidiana, que tengan inteligencia sin arrogancia, que me señalen mis errores, y que disfruten la vida con humor.

05.
¿Su principal defecto?
Existen rencores que permanecen, por mucho tiempo, latentes en mí.

06.
¿Su ocupación favorita?
La docencia de literatura.

07.
¿Su ideal de felicidad?
Ser escritor a tiempo completo.

08.
¿Cuál sería su mayor desgracia?
Quedarme ciego de espíritu frente a mis mezquindades, sordo frente a la palabra del prójimo, y ser incapaz de darme cuenta de mis errores.

09.
¿Qué le gustaría ser?
Cantante de boleros y tangos que dé conciertos en bares, desde La Habana hasta ese último puerto del Caribe que es Guayaquil.

10.
¿En qué país desearía vivir?
En España, en uno de los pueblos blancos, cerca de Sevilla.

11.
¿Su color favorito?
El del cielo cuando el sol se hunde en el mar, frente a la playa de Olón.

12.
¿La flor que más le gusta?
La orquídea blanca.

13.
¿El pájaro que prefiere?
El blackbird de la canción de The Beatles.

14.
¿Sus autores favoritos en prosa?
Cervantes de El Quijote; Mary Shelley, de Frankenstein; Joaquín Gallegos Lara de Las cruces sobre el agua; García Márquez, de Cien años de soledad; Margaret Atwood, de El cuento de la criada... ¡y esto recién comienza!

15.
¿Sus poetas?
José Martí, Juan Ramón Jiménez, Gabriela Mistral, Alejandra Pizarnik, Ileana Espinel, Jorge Enrique Adoum... y otros más que caben en un soneto con estrambote.

16.
¿Un héroe de ficción?
Don Quijote, en todo momento.

17.
¿Una heroína?
Úrsula Iguarán, sobre todo cuando, ya ciega, pasa revista al espíritu de los Buendía.

18.
¿Su compositor favorito?
Pergolese en su Stabat Mater; Beethoven en el coral de la Novena Sinfonía; Stravinsky en La consagración de la primavera.

19.
¿Su pintor preferido?
Frida Kahlo para mis sueños y pesadillas; Guayasamín, en tiempos de ira y ternura; y Jorge Velarde para mis silencios de solitario.

20.
¿Su héroe de la vida real?
Manuela Sáenz: por ilustrada, por su espíritu libre y por patriota.

21.
¿Su nombre favorito?
De mujer, Daniela; de hombre, Sebastián, como se llaman mis hijos.

22.
¿Qué hábito ajeno no soporta?
No soporto que la gente hable en voz alta por el móvil en lugares públicos.

23.
¿Qué es lo que más detesta?
La falta de consecuencia en materia de principios, el fanatismo religioso, y el abuso del poder.

24.
¿Una figura histórica que le ponga mal cuerpo?
Tomás de Torquemada, por el dolor que causó al ser humano en nombre de Dios.

25.
¿Un hecho de armas que admire?
La defensa de Playa Girón, en abril de 1961, en Cuba, que derrotó la invasión organizada por la CIA y grupos de anticastristas y mercenarios.

26.
¿Qué don de la naturaleza desearía poseer?
Oído de músico.

27.
¿Cómo le gustaría morir?
Lúcido, sin miedo y sin causar molestias.

28.
¿Cuál es el estado más típico de su ánimo?
En paz con la vida y en lucha permanente contra los prejuicios.

29.
¿Qué defectos le inspiran más indulgencia?
La cobardía, la vanidad y la apatía.

30.
¿Tiene un lema?
“El diablo no es el príncipe de la materia, el diablo es la arrogancia del espíritu, la fe sin sonrisa, la verdad jamás tocada por la duda”. Lo dice Guillermo de Baskerville, en El nombre de la rosa, de Umberto Eco.

31.
¿Cuál es su palabra favorita?
Tengo algunas: transeúnte, rayuela, perinola, pizarra, arcoíris...

32.
¿Cuál es la palabra que menos le gusta?
Varias: coyuntura, conversatorio, burócrata...

33.
¿Qué es lo que más le causa placer?
Escuchar música clásica reproducida, preferentemente, en discos de vinilo.

34.
¿Qué es lo que más le desagrada?
Los mensajes de odio de algunos tuiteros y también aquellos que contienen un lenguaje soez gratuito.

35.
¿Cuál es el sonido o ruido que más placer le produce?
El reventar de las olas.

36.
¿Cuál es el sonido o ruido que le aborrece escuchar?
La musiquilla del camión recogedor de basura del centro de Guayaquil.

37.
¿Cuál es su mala palabra favorita?
«La hideputa puta que os parió». Lo dice el Quijote.

38.
Aparte de tu profesión ¿qué otra profesión le hubiese gustado ejercer?
Médico de urgencias.

39.
¿Qué profesión nunca ejercería?
Corredor de la bolsa de valores.

40.
¿Su droga favorita?
El whisky single malt.

41.
Si reencarnaras en planta o animal, ¿qué serías?
Un gran danés con el carácter de mi perro Aengus.

42.
Si el Cielo existiera y se encontrara con Dios en la puerta, ¿qué le gustaría que Dios le dijera al llegar?
A pesar de tus faltas contra el prójimo, hiciste lo posible por vivir con amor.


PS: Este cuestionario fue aplicado a Raúl Vallejo, en agosto de 2019 y apareció en el volumen 1, número 1 (2019) de la revista Pixeletras.