José María y Corina lo habían conversado en alguna de su tardes de té y facturas: toda muerte engendra ausencias y cada ausencia es un pedazo de muerte que se adhiere para siempre a nuestra piel de solos.
(De El perpetuo exiliado, 2016).

domingo, diciembre 20, 2015

Santafecito lindo: Copa Sudamericana 2015



                                 El Campín, 9 de diciembre de 2015

(Divertimento) 

¿Te acuerdas, José Luis, de los treinta y seis
años, seis meses y veinticuatro noches de sequía?
Malos tiempos para la fuerza de un pueblo
hasta que en tu cumpleaños 66, brilló
igual que un astro de sangre encendido
la séptima estrella en el pecho cardenal.

El fútbol es una esfera sobre la hierba erizada
que deambula hasta besar la red, y las tripas
son gritos afiebrados de puteadas y gol.
Yo también me sumerjo en la angustia de los tiempos
de alargue y penales con el Independiente de Santa Fe.

El Campín, 9.12.15
Ahora libemos, campeones, la ambrosía
que chorrea de la Copa Sudamericana
bajo el abrazo de esta inmensa luna escarlata
que ruge en la pecho sufriente de los leones.

Y acuérdate, Díaz - Granados, de aquella
primera clase de baile a los azules en 1948. Pero
no te acuerdes, poeta, del último lugar en 2007.


El fútbol… ese delirio colectivo alimentado de lechona
Todo Rico y Colombiana, ¡esa paridera de noventa minutos!

¡Ah, Santafecito lindo, pasión y liturgia del Campín en rojo!

 
José Luis Díaz-Granados me nombró Hincha Oficial de Santa Fe, en el FCE

lunes, noviembre 30, 2015

Los colores del llanto, la ira y la ternura


"Mientras viva siempre te recuerdo", en la sala central de la biblioteca Julio Mario Santo Domingo.

 “He pintado como si gritase desesperadamente, y mi grito fue sumado a todos los gritos que la humillación exprime, la angustia del tiempo que nos tocó vivir”, ha dicho Oswaldo Guayasamín (1919 – 1999).
La de Guayasamín es una obra artística que transita, en los primeros años (Huacayñán), por la vanguardia indigenista, evidenciado un aprendizaje que le viene de Picasso. Luego, una etapa que llevan en sí la fuerza demoledora de un trazo expresionista acoplado a un discurso potente de su plástica (La edad de la ira). Finalmente, en recuerdo de su madre, Guayasamín suaviza las formas, llena de luz y colores vivos la última etapa de su producción (Mientras viva siempre te recuerdo).
Instalando "De la ira a la ternura" en la Embajada de Ecuador.
El 1 de noviembre llegaron desde Quito cuarenta obras gráficas al auditorio de la Embajada. Al día siguiente, de 10 am a 8 pm, una parte de serie fue instalada en el auditorio de la Embajada. Esta serie gráfica denominada “De la ira a la ternura”, es exhibida desde el 3 de diciembre, ya completa, en el Centro Cultural Gabriel García Márquez.
El martes 3 de noviembre llegaron a la biblioteca Julio Mario Santo Domingo cuarenta y tres obras y el montaje se realizó durante todo el día, hasta las 2 de la mañana del día siguiente. El miércoles 4 llegaron a las 9 am, a la biblioteca Virgilio Barco, treinta y siete obras, y se trabajó en el montaje hasta las 6 pm.

Berenice y Pablo Guayasamín.
En los tres montajes estuvieron Berenice y Pablo Guayasamín, curadores de la muestra e hijos del maestro, quienes contaron para la instalación de las obras, con el trabajo del personal de Biblored y de la Embajada del Ecuador.
            Fue así como todo estuvo listo para que, del 5 de noviembre al 17 de diciembre, después de treinta años, una retrospectiva de la obra de Guayasamín haya visitado nuevamente Colombia. En esta ocasión, una alianza entre la Embajada de Ecuador en Colombia y la Alcaldía Mayor de Bogotá permitió que la obra del “Pintor de Iberoamérica” —según la declaración de la IX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, en 1999— se exhibiera como una contribución a la programación cultural de Bogotá Humana.

"Huacayñán" en la biblioteca Virgilio Barco.
             La primera etapa de la obra de Guayasamín es conocida como Huacayñán. Sobre esta palabra quichua, él ha dicho: “La traducción de huacayñán al español tiene varias interpretaciones. La más profunda, que me han dado los indios, es ‘el camino por el que camina la lágrima’, el pliegue del párpado inferior, antes de rodar por la mejilla”. Una muestra de treinta y siete cuadros se instaló en la biblioteca Virgilio Barco. A ella fue añadido un retrato que el maestro hiciera del ex presidente Belisario Betancur, en 1984.
En la biblioteca Julio Mario Santo Domingo, JMSD, fueron exhibidos un total de cuarenta y siete obras, pertenecientes tanto a La edad de la ira como a Mientras viva siempre te recuerdo. Un lugar destacado ocuparon los cuadros de gran formado de la serie “Mujeres llorando”. Se trata de un grupo de siete obras que, según la Fundación Guayasamín, “representa el sufrimiento del pueblo español durante su guerra civil. Cada familia perdió un esposo, un hermano, un hijo. En última instancia, solían ser las mujeres las que quedaban para lamentar su ausencia”.

"La edad de la ira", en la sala de exhibición de la biblioteca Julio Mario Santo Domingo.

De 1988 a 1998, Guayasamín pintó más de cien obras en memoria de su madre y, por extensión, como un homenaje a todas las madres: una obra simbólica de lo que para él fue siempre la defensa de la vida: “Mi madre era como el pan recién salido del horno. Me dio las dos vidas que tengo. Era y sigue siendo una tierna poesía”.

"Mientras viva siempre te recuerdo" en la  biblioteca Julio Mario Santo Domingo.

            El poeta chileno Pablo Neruda, premio Nobel de Literatura, al reflexionar sobre La edad de la ira, nos advierte sobre una particular actitud espiritual frente a ella: “Pensemos antes de entrar en su pintura, porque no nos será fácil retroceder”.
Las cenizas del maestro —fallecido el 10 de marzo de 1999— descansan “en el vientre oscuro y fresco de una vasija de barro”, bajo el “Árbol de la Vida”, un pino plantado por el propio Guayasamín, quien profetizó: “Siempre voy a volver. Mantengan encendida una luz”.

"Huacayñán", en la biblioteca Virgilio Barco.