Julio Cortázar solía hablar de los literatos ebúrneos, esos para quienes los asuntos que aluden a la realidad histórica —aquellos en los que se evidencia la opresión y la inequidad, y la lucha de los pobres del mundo por una vida digna— no son temas literarios. Los literatos ebúrneos pretenden que la literatura viva encerrada en torres de marfil, convirtiendo en ficción todo aquello que no incomode al poder. Pero la realidad es tozuda y se introduce en el lenguaje, por lo que, para horror de los ebúrneos, la literatura no es un arte para la complacencia espiritual, sino de confrontación del ser humano consigo mismo y con las miserias del mundo, y también un espacio de disputa política. Así se entiende este poema del palestino Marwan Makhoul (al-Boquai’a, Alta Galilea, 1979): «Para escribir una poesía / que no sea política / debo escuchar a los pájaros. / Pero para escuchar a los pájaros / hace falta que cese el bombardeo»[1].
Recientemente, presenté Manvscrito de vna corónica inconclvsa en Cuenca y Loja[2], y quienes me acompañaron dieron pie para estas reflexiones incómodas alrededor de mi novelina. La poeta cuencana Ángeles Martínez Donoso me preguntó: «¿Es esta obra, como sospecho, un confesionario que ha marcado acaso tu existencia y tu reflexión política y humana?». Y es que, como bien sospecha Ángeles Martínez, esta novelina es, en un sentido político y humano, una toma de partido desde la memoria de aquellos que, en la historia del Ecuador, fueron los vencidos, es decir, los despojados de la tierra y reprimidos por las fuerzas del orden establecido por las clases dominantes.
Lamentablemente, Ecuador, nuestro país, no ha podido construir una Estado democrático, pluricultural, equitativo y de bienestar para todos. Si revisamos la cronología del poder político, constataremos que, desde la fundación de la república hasta hoy, dicho poder ha sido ejercido por las oligarquías criollas, con excepcionales interregnos en los que los sectores medios, con todas sus contradicciones, irrumpieron como una anomalía en el gobierno del Estado: la revolución Alfarista (antes del asesinato de Alfaro); los militares de la revolución Juliana; la asonada de la llamada Gloriosa (antes de que Velasco Ibarra echara a la izquierda del gobierno), el gobierno de Rodríguez Lara y el de la Revolución Ciudadana. Por ello, esta novelina es un confesionario sobre aquello que veo en la construcción de nuestra patria: la violenta historia de una herida no resuelta.
La comunicadora lojana Ana Karina Castro me preguntó sobre los sucesos recientes que recoge la obra y lo que aquello implica. El manuscrito, que es el narrador de la novelina, inicia su relato a través de una Escribiente, historiadora, madre de una niña y cabeza de familia, que ha perdido un ojo en las manifestaciones de octubre de 2019. Obviamente, el punto de vista narrativo es el de los indignados que participaron en aquel estallido social. Esto, por supuesto, molestará a quienes se sienten satisfechos con la versión oficial del poder de turno, a quienes repiten los dicterios de la prensa hegemónica y del ejército de troles de las redes sociales contra del movimiento social. Las preguntas que la palabra literaria se hace incomodan: ¿Qué significa, en términos humanos y simbólicos, que las fuerzas represivas, cumpliendo una consigna del poder, le arrebaten un ojo a quienes protestan por una vida digna? ¿Cuánto de racismo y clasismo conlleva la criminalización de la indignación y la protesta populares?
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Oswaldo Encalada y Ángeles Martínez, en Cuenca. |
Arraigada profundamnte en europeos y criollos, la costumbre de tratar a los aborígenes como gente destinada a la humillación, la esclavitud y los tormentos, los colonos de más buenas entrañas no creían faltar a los deberes de la caridad y de la civilización con oprimirlos y martirizarlos. (104)
[…]
Si las razas blanca y mestiza han obtenido inmensos beneficios de la independencia, no así la indígena: para las primeras, el sol de la libertad va ascendiendo al cenit, aunque frecuentemente oscurecido por negras nubes; para la última comienza apenas a rayar la aurora. (105)
Ángeles Martínez también inquirió sobre la cartografía de personajes literarios imbricados en la realidad ecuatoriana a través de la historia. Quise también que la novelina fuera un espacio de diálogo intertextual con algunos personajes de nuestra tradición literaria. Así, he incorporado, como si se tratatse de cameos cinematográficos, al ya nombrado Domingo Orozco; a Baldomera, la vendedora de muchines; al panadero Alfredo Baldeón; aparecen también las poetas Dolores Sucre y Rita Lecumberri; y existe un nutrido diálogo intertextual con Dolores Veintimilla, Miguel Riofrío, Hugo Salazar Tamariz, César Dávila Andrade, Fernando Artieda, Ileana Espinel, Jorge Velasco Mackenzie, y varios poetas de la tradición latinoamericana como Roque Dalton, Xavier Haraud y Paco Urondo. Por supuesto que todo esto tiene que ver con escoger un punto de vista desde donde hablar. En esta era del trumpismo rampante y ascenso del neofascismo, mi opción es la de escribir y hablar desde el punto de vista de quienes, con su resistencia social y cultural, incomodan la hegemonía de un capitalismo guerrista, depredador del planeta, cada vez más concentrador de riqueza y hegemónico en términos políticos y culturales.
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Ana Karina Castro y Lenin Paladines, en Loja. |
Para Lenin Paladines, que fue miembro del jurado que premió la novelina, la estructura del libro y la presencia de la voz de los vencidos son dos asuntos fundamentales. La estructura está construida a partir de fragamentos: varios escribientes contribuyen, en un proceso de escritura colectiva, a la textualidad de la corónica. Yo dije que me interesa la aproximación oblicua sobre algunos momentos álgidos de la lucha social de tal forma que los escribientes/coronistas dan cuenta, desde el punto de vista de quienes han sido parte del movimiento popular, de la herida histórica que atraviesa a nuestra patria. En este sentido, el verso del poeta Humberto Vinueza cobra una enorme actualidad crítica: La patria no es una, sino dos que están en guerra.
Manvscrito de vna corónica inconclvsa es una novela en la que hago un ejercicio de memoria que confronta la versión oficial de los hechos, que seguramente molestará a los literatos ebúrneos de los que hablaba Cortázar, y que construye, desde la verdad de la ficción, una visión literaria sobre algunas luchas sociales que han marcado la historia de nuestro país.
[1] Círculo de poesía, Muestra de poesía palestina (16 de octubre de 2023).
[2] Raúl Vallejo, Manvscrito de vna corónica inconclvsa (Bogotá: Editorial Planeta / Seix Barral Biblioteca Breve, 2025). Ver noticia: «Manvscrito de vna corónica inconclvsa en Cuenca y Loja».
[3] Juan León Mera, Cumandá o un drama entre salvajes, Estudio preliminar y edición crítica de Trinidad Barrera (Sevilla: Ediciones Alfar, 1998), 104.