Composición del portal digital Volcánicas
sobre una imagen de Imane Khelif.
La nota de BBC
Sport dice que la boxeadora italiana Angela Carini, que, el jueves 1 de
agosto, abandonó la pelea contra la argelina Imane Khelif, a los 46 segundos,
quiere disculparse con su oponente por no haberle dado la mano luego de la
pelea. Carini dijo que estaba muy enojada en ese momento porque las Olimpíadas
habían terminado para ella. Asimismo, Carini añadió que, si se volvía a
encontrar con Khelif de nuevo, «la abrazaría». Las disculpas de Carini son
importantes en medio de la ola de bulos cargados de transfobia que se desató
luego del triunfo de Khelif en contra de la boxeadora argelina. En realidad, la
transfobia, a nivel planetario, se disfrazó de una supuesta preocupación por
las condiciones de igualdad durante las competencias deportivas en la categoría
de mujeres.
En primer lugar, hay que aclarar que Imane Khelif no es una mujer trans ni podría serlo en Argelia, un país en donde la homosexualidad está penalizada. Aunque la International Boxing Asociation, IBA, presidida por el ruso Umar Kremlev —que hizo declaraciones homofóbicas respecto al IOC y la ceremonia inaugural—, la descalificó el año pasado por no calzar en sus criterios de elegibilidad para participar en la competencia de mujeres, Imane Khelif es mujer. Ella compite en la categoría de mujer y ha sido reconocida como mujer atleta por el International Olympic Committee, IOC. «La boxeadora argelina nació mujer, fue registrada mujer, vive su vida como una mujer, boxea como una mujer, tiene pasaporte de mujer», dijo el viernes pasado Mark Adams, vocero del IOC. Como reconoció Carini: «Toda esta controversia me da tristeza. Lo siento por mi oponente, también. Si la IOC dice que ella puede pelear, yo respeto tal decisión». Amy Broadhurst, la irlandesa que derrotó a Khelif en la final del campeonato del mundo de boxeo, en 2022, posteó en X-Twitter, en defensa de la argelina: «Mucha gente me ha enviado mensajes de texto sobre Imane Khelif. Personalmente, no creo que haya hecho nada para “engañar”. Creo que así es como nació y que eso está fuera de su control. El hecho de que haya sido derrotada por nueve mujeres antes lo dice todo».
En segundo lugar, se
ha dicho a lo largo de la discusión que hay deportistas cuyas características
biológicas los vuelven únicos. Así, se habla de la altura de la basquetbolista
china Yao Ming (2.29m), el tamaño inusual de las extremidades del nadador estadounidense
Michael Phelps, que padece el síndrome de Marfan, o la capacidad pulmonar del
atleta jamaiquino Usain Bolt. Al parecer, Imane Khelif —y otras atletas
africanas como
Caster Semenya y Christine Mboma o la española María
José Martínez Patiño— tiene una condición biológica
llamada hiperandrogenismo que hace que su cuerpo genere altos niveles de testosterona,
lo que la convierte en una mujer intersexual, algo que no garantiza su triunfo.
Hay que recordar que Khelif tiene una vida personal y una
carrera deportiva de superación: fue eliminada en
el mundial de boxeo de 2018 y de 2019 en la primera ronda; en las Olimpiadas de
Tokio (2020) fue eliminada en cuartos de final y, recién en 2022 llegó a la
final del campeonato mundial de boxeo y fue derrotada. En síntesis, la discusión debería centrarse en si ciertas condiciones
biológicas de los seres humanos constituyen ventajas determinantes o no en las
competiciones deportivas, pero al parecer, en la red social X-Twitter pueden
más los prejuicios de los líderes conservadores y homofóbicos del planeta que azuzan
a quienes odian la diversidad de los seres humanos.
Lo sucedido con Imane Khelif, además de la transfobia, da cuenta de los prejuicios contra las mujeres racializadas que no se ajustan al estereotipo femenino europeo. Y el debate, que no se ha centrado sobre las condiciones biológicas de cualquier persona que pudiesen generar ventajas injustas en competiciones deportivas, se ha diluido en un discurso transodiante que no tiene sentido ya que Imane Khelif es mujer biológica. Las personas trans no son peligrosas ni borran a nadie como sostiene el feminismo transexcluyente; en cambio, el odio contra las personas trans provoca crímenes horrendos que, generalmente, quedan en la impunidad.
P.S: La foto de Imane Khelif, de niña fue
posteada por Amy Broadhurst.
[1] Al cierre de este post, Imane Khelif ya pasó a semifinales y aseguró al menos una medalla de bronce, luego de derrotar por decisión unánime a la húngara Anna Luca Hamori (5-0), que, antes de la pelea, se había sumado a la ola de ataques contra Khelif en la red social X-Twitter, respaldada por su federación deportiva. No obstante, luego del combate, Luca Hamori aceptó la derrota y le dio la mano a Khelif, que se acercó a ella para saludarla. Khelif se enfrentará el martes 6 a la tailandesa Janjaem Suwannapheng.
[2] «Más de 10.000 trinos coordinados. Así fue el ataque contra Imane Khelif en X», Volcánicas, 2 de agosto de 2024, acceso 2 de agosto de 2024