Fotograma icónico de Roma, de Alfonso Cuarón, "León de Oro" del Festival de Venecia en 2018. |
¿Qué es una película
lenta? ¿Por qué cuando una película es lenta
se asume sin más que es aburrida? ¿Importa que una película evidencie el
conflicto social de una sociedad? ¿Por qué la presentación del conflicto social
haría de una película una suerte de panfleto político? ¿Deben actrices y
actores corresponder a los cánones de belleza del cine de Hollywood? Roma, de Alfonso Cuarón, es una película
morosamente bella, que retrata el conflicto político en el México de los 70, y
que rompe el molde de belleza del cine de Hollywood.
Es posible que
Hollywood nos haya deformado el sentido del tiempo en el cine. Al parecer, las
escenas que duran más de un minuto y medio nos resultan largas, y, lo que es
peor, aburridas. Y, además, tiene que existir ruido, música incidental y
diálogos conflictivos. Roma, por el
contrario, nos permite disfrutar de la narración morosa de la cámara, recorrer
los detalles, entender el alma de los personajes desde su cotidianidad
doméstica. Nos ofrece el ruido de la ciudad y nos alimenta con una música que
sale de la estación de radio: ruido y música que es parte de la cotidianidad:
los espectadores escuchamos lo mismo que oyen los personajes. La belleza radica
en el deleite que experimentamos sobre los detalles.
José Antonio Guerrero como Fermín |
El conflicto social en Roma está integrado a la historia de la
película. Así, la represión del gobierno de Echeverría al movimiento
estudiantil y la participación de los llamados “Halcones” durante la “Matanza
de Jueves de Corpus” es un episodio central de la película. Fermín, el enamorado de
Cleo, es parte de los Halcones y la escena cuando ella lo encuentra, luego de un
entrenamiento de artes marciales, y él la enfrenta con agresividad es la
representación de las violencias política y patriarcal. El clímax de este
conflicto llega cuando Cleo ve a su enamorado participar del asesinato de un
estudiante durante la represión y aquello le desencadena el parto prematuro.
Así, los personajes son parte del conflicto: como represor, el uno, y testigo,
la otra: la represión no es solo un marco histórico, sino también un momento
del drama personal.
Yalitza Aparicio es Cleo. |
Suceden muchas cosas en
la película: entre ellas, la transformación de una familia de clase media en
una familia rota por causa del abandono paterno, y el descubrimiento de la
complicidad vital de las mujeres. Así que, si se durmió con Roma, como han confesado algunos
tuiteros, es porque, seguramente, tenía sueño.
Publicado en Cartón Piedra, suplemento cultural de El Telégrafo, 15.02.19