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Papa Francisco en su mensaje del 14 de enero para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2018: «las expulsiones colectivas y arbitrarias de
emigrantes y refugiados no son una solución idónea, sobre todo cuando se
realizan hacia países que no pueden garantizar el respeto a la dignidad ni a
los derechos fundamentales». |
Para Javier Milei, el neofascista presidente
argentino, el papa Francisco fue «el imbécil ese que
está en Roma» o «el representante del maligno en la Tierra». Para Santiago
Abascal, el líder de la ultraderecha española, el papa Francisco fue despojado
de su investidura y reconocido solo como «el
ciudadano Bergoglio». Ambos, asumiendo la hipocresía ritual de los
funerales, expresaron sus condolencias oficiales a la muerte de un papa que, cuando
estaba vivo, les fue un estorbo para su proyecto político por las posiciones de
aquél a favor de la justicia social, el cuidado del medio ambiente, la migración
y la paz mundial. Francisco I ha sido un papa incómodo para la derecha global, en
estos tiempos de ascenso del neofascismo, porque sus posturas doctrinales en
función de una definición del amor cristiano basada en la solidaridad, la centralidad
del ser humano y el cuidado del planeta confronta la agenda del individualismo
neoliberal, la supremacía de un capitalismo voraz y excluyente, así como depredador
del medio ambiente.
En su encíclica Fratelli
tutti, del 3 de octubre de 2020, invocando a san Francisco de Asís,
hizo un llamado a la fraternidad universal en su dimensión social. En términos
teológicos, habló del amor cristiano que está imposibilitado por una sociedad globalizada,
pero que no ha construido una casa común en función del bienestar del ser
humano, un amor acechado por la cultura del miedo al migrante y por un modelo
económico destinado a la concentración de la riqueza:
168. El
mercado solo no resuelve todo, aunque otra vez nos quieran hacer creer este
dogma de fe neoliberal. Se trata de un pensamiento pobre, repetitivo, que
propone siempre las mismas recetas frente a cualquier desafío que se presente.
El neoliberalismo se reproduce a sí mismo sin más, acudiendo al mágico
“derrame” o “goteo” —sin nombrarlo— como único camino para resolver los
problemas sociales. No se advierte que el supuesto derrame no resuelve la
inequidad, que es fuente de nuevas formas de violencia que amenazan el tejido
social. Por una parte, es imperiosa una política económica activa orientada a
«promover una economía que favorezca la diversidad productiva y la creatividad
empresarial», para que sea posible acrecentar los puestos de trabajo en lugar
de reducirlos. La especulación financiera con la ganancia fácil como fin
fundamental sigue causando estragos».
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En la tumbra de san Francisco de Asís, el 3 de octubre de 2020, el papa Francisco firmó su encíclica Fratelli tutti (Hermanos todos). |
El 24 de mayo de 2015, publicó su
encíclica Laudato
si, así nominada por una cita del «Cántico
de las criaturas», de san Francisco de Asís: «Alabado seas, mi Señor, [Laudato
si’, mi’ Signore] / en todas tus criaturas, / especialmente en el Señor
hermano sol, / por quien nos das el día y nos iluminas», que es una meditación
poética sobre la bondad de la naturaleza creada por Dios para la convivencia
del ser humano en y con ella: «Alabado seas, mi Señor, / por la hermana nuestra
madre tierra, / la cual nos sostiene y gobierna / y produce diversos frutos con
coloridas flores y hierbas».
En la encíclica Laudato si, el
papa Francisco plantea la necesidad de proteger el planeta —concebido como nuestra
casa común en la línea del espíritu franciscano—, de la depredación de la
naturaleza y el negacionismo sobre el cambio climático, abordando el problema
desde un enfoque ecológico holístico que tome en cuenta lo social, lo económico
y lo político. Laudato si, que amplía y profundiza la defensa de la
naturaleza abordada por los papas desde Juan XXIII hasta Benedicto XVI, reflexiona,
entre otros temas, sobre la contaminación y la cultura del descarte, la pérdida
de la biodiversidad del planeta, así como el angustioso problema del agua y la
tendencia a convertirla en mercancía y privatizar su uso: «30. […]
En realidad, el acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico,
fundamental y universal, porque determina la sobrevivencia de las personas, y
por lo tanto es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos».
La encíclica, asimismo, está atravesada por el planteamiento de abordar el
problema ecológico del planeta de forma holística:
139.
Cuando se habla de «medio ambiente», se indica particularmente una relación, la
que existe entre la naturaleza y la sociedad que la habita. Esto nos impide
entender la naturaleza como algo separado de nosotros o como un mero marco de
nuestra vida. Estamos incluidos en ella, somos parte de ella y estamos
interpenetrados. Las razones por las cuales un lugar se contamina exigen un
análisis del funcionamiento de la sociedad, de su economía, de su
comportamiento, de sus maneras de entender la realidad. Dada la magnitud de los
cambios, ya no es posible encontrar una respuesta específica e independiente
para cada parte del problema. Es fundamental buscar soluciones integrales que
consideren las interacciones de los sistemas naturales entre sí y con los
sistemas sociales. No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social,
sino una sola y compleja crisis socio-ambiental. Las líneas para la solución
requieren una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la
dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza.
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El 4 de octubre de 2019, en los Jardines del Vaticano, el papa Francisco sembró un árbol como símbolo de la conversión ecológica y consagró el Sínodo Panamazónico a san Francisco de Asís. |
El papa Francisco también abogó por
el diálogo interreligioso. Entre los varios encuentros de este tipo, destaco el
que tuvo lugar en La Habana, el 12 de febrero de 2016, con su santidad Kiril,
patriarca de Moscú y toda Rusia. Uno de los puntos de la
declaración conjunta, hacía un llamado al diálogo interreligioso y condenaba
los crímenes que el fanatismo lleva a cabo en nombre de Dios:
13. En esta época
preocupante es indispensable el diálogo interreligioso. Las diferencias en la
comprensión de las verdades religiosas no deben impedir que las personas de
distintos credos vivan en paz y armonía. En las circunstancias actuales, los
líderes religiosos tienen la responsabilidad especial de educar a
sus fieles en el respeto a las creencias de los que pertenecen a otras
tradiciones religiosas. Los intentos de justificar actos criminales con
consignas religiosas son absolutamente inaceptables. Ningún crimen puede ser
cometido en el nombre de Dios, «porque Dios no es Dios de confusión sino de
paz» (1 Co 14, 33).
También fue un hito la reunión del
4 de febrero de 2019, en Abu Dabi, con el gran imán de Al-Azhar, Ahmad
Al-Tayyib, la más importante autoridad religiosa de los sunitas. El Documento
sobre la fraternidad humana, por la paz mundial y convivencia común, que
ambos líderes religiosos firmaron, es un texto histórico cuyo espíritu puede
sintetizarse en esta invocación:
Nosotros
—creyentes en Dios, en el encuentro final con él y en su juicio—, desde nuestra
responsabilidad religiosa y moral, y a través de este Documento, pedimos
a nosotros mismos y a los líderes del mundo, a los artífices de la política
internacional y de la economía mundial, comprometerse seriamente para difundir
la cultura de la tolerancia, de la convivencia y de la paz; intervenir lo antes
posible para parar el derramamiento de sangre inocente y poner fin a las
guerras, a los conflictos, a la degradación ambiental y a la decadencia
cultural y moral que el mundo vive actualmente.
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El papa Francisco y el imán de Al-Azhar Ahmad Al-Tayyib, luego de la firma del documento conjunto, en Abu Dabi, el 4 de febrero de 2019. |
En estos tiempos trumpistas de
criminalización de los migrantes, vale la pena que la feligresía católica haga
suyo el mensaje
del papa para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2018, del
domingo 14 de enero, en el que reafirmó que la respuesta frente a los migrantes
se debería articular en torno a cuatro verbos: acoger, proteger, promover e
integrar. También expresó que «las expulsiones colectivas y arbitrarias de
emigrantes y refugiados no son una solución idónea, sobre todo cuando se
realizan hacia países que no pueden garantizar el respeto a la dignidad ni a
los derechos fundamentales». En cuanto a las acciones, cito lo que los cuatro
verbos llevan implícito, que es todo lo contrario a lo que predica la derecha
global en su política de criminalización y odio al migrante:
Considerando el
escenario actual, acoger significa, ante todo, ampliar las posibilidades
para que los emigrantes y refugiados puedan entrar de modo seguro y legal en
los países de destino. En ese sentido, sería deseable un compromiso concreto
para incrementar y simplificar la concesión de visados por motivos humanitarios
y por reunificación familiar.
[…]
El segundo verbo, proteger,
se conjuga en toda una serie de acciones en defensa de los derechos y de la
dignidad de los emigrantes y refugiados, independientemente de su estatus
migratorio.
[…]
Promover
quiere decir esencialmente trabajar con el fin de que a todos los emigrantes y
refugiados, así como a las comunidades que los acogen, se les dé la posibilidad
de realizarse como personas en todas las dimensiones que componen la humanidad
querida por el Creador.
[…]
El último verbo, integrar,
se pone en el plano de las oportunidades de enriquecimiento intercultural
generadas por la presencia de los emigrantes y refugiados. La integración no es
«una asimilación, que induce a suprimir o a olvidar la propia identidad
cultural. El contacto con el otro lleva, más bien, a descubrir su “secreto”, a
abrirse a él para aceptar sus aspectos válidos y contribuir así a un
conocimiento mayor de cada uno.
Sin embargo, ciertos grupos
radicales de izquierda le reclamaron al papa Francisco sus posiciones doctrinarias
frente al sacerdocio de las mujeres, el divorcio o el aborto, sin entender que
el papa no es activista del feminismo sino un pastor de la Iglesia católica. No
obstante, su actitud sobre el colectivo LGBTQ+, basada en el amor cristiano, generó
acusaciones de los fariseos del cristianismo conservador, aunque muchos
radicales no creyentes le reclamaron acciones más concretas al respecto. Tal
vez, el roce más álgido con las posiciones conservadoras se dio el 19 de diciembre
de 2023, cuando el papa, con la Fiducia
supplicans, aprobó la bendición de parejas formadas por personas del
mismo sexo, pero al margen de cualquier rito que pretenda imitar el sacramento
del matrimonio.
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El papa Francisco con Mara Grassi, vicepreesidenta de la asociación italiana Tenda di Gionata de padres de hijos LGBT, el 17 de septiembre de 2020: "La Iglesia no los excluye", le dijo el papa Francisco. "Ama a sus hijos tal como son, porque son hijos de Dios". (Religión Digital) |
Más allá de ser una voz moralmente
autorizada que incomodó a la derecha global, el papa Francisco también se
enfrentó a gobernantes como Daniel Ortega, el dictador de Nicaragua, que ha
despedazado los principios del sandinismo para utilizarlos a su antojo junto con
su cónyuge Rosario Murillo, calificó
al papa Francisco como parte de una mafia y perfecta dictadura. En una
entrevista de marzo de 2023, el papa calificó al régimen nicaragüense como las
«dictaduras comunistas y hitlerianas, groseras» y dijo que no le quedaba más que
pensar en «un
desequilibrio de la persona que dirige».
Hoy, en contra de lo que plantea la
guerrerista presidenta de la Comisión Europea Ursula
von der Leyen, que ha logrado que los Estados europeos se comprometan a
financiar la carrera armamentista recortando los programas sociales, las palabras del papa
Francisco, en el marco del sufrimiento de Gaza y Ucrania, van a contracorriente:
«La
guerra es siempre una derrota de la humanidad, ¡deténganse!».
En síntesis, en un mundo en donde
el neofascismo con su discurso violento y antidemocrático, en nombre de la
libertad económica del capitalismo salvaje, los postulados del cristianismo,
que el papa Francisco convirtió en sus pastorales, fueron no solo incómodos
para la derecha global, sino que sus representantes los rechazaron con su
acostumbrada virulencia. Mas si leemos los documentos doctrinarios, las fuentes
del papa son los Evangelios, la doctrina social de la Iglesia católica, sobre
todo desde Juan XXIII, y las enseñanzas de san Francisco de Asís, del que adoptó
el nombre para su papado y a quien llamó el
misionero de la esperanza: «Francisco de Asís es para mí el hombre de
la pobreza, el hombre de paz, el hombre que ama y protege la Creación».