Ecuador está entre los diez países del mundo con las peores condiciones laborales, según la Confederación Sindical Internacional. (Marcha del 1 de Mayo de 2022 en Quito, Agencia Xinhua)
Recientemente,
el presidente Daniel Noboa, muy suelto de lengua, dijo que, si los ecuatorianos
trabajasen duro como él y su gobierno, no se estarían quejando de que les
faltan recursos: podrían comer de todo… hasta postre, dijo. No lo dice alguien
a quien, en la lógica del individualismo capitalista, pudiésemos llamar una persona
hecha a sí misma, sino el heredero de la mayor fortuna familiar del país. En
sociedades inequitativas y con una institucionalidad social frágil, el discurso
de que los pobres son pobres porque son vagos y quieren vivir de la caridad
estatal desconoce la necesidad de aplicar políticas públicas destinadas a
cerrar brechas de acceso a educación y salud de calidad, la urgencia de generar
empleo sin precariedad ni explotación laboral, la obligación de aplicar
políticas impositivas cuyo peso recaiga sobre los sectores de mayores ingresos
y las empresas que tienen ganancias extraordinarias. La gente del campo trabaja
duro, los profesionales, obreros y burócratas de la ciudad trabajan duro, el
magisterio y la academia trabajan duro. Quienes escribimos trabajamos duro. Y,
por supuesto, también existen pequeños y medianos empresarios que trabajan muy
duro para que sus negocios crezcan. Lo que no se dice es que hay trabajos que
exigen una mayor calificación que otros y que, por tanto, están mejor
remunerados. El problema, entonces, no es lo que dice esa falsa y repelente
consigna establecida por un capitalismo insaciable acerca de la vagancia de quienes
no poseen más que su fuerza de trabajo. El problema reside en un modelo
económico inequitativo, excluyente y de acumulación basada en la
sobreexplotación de la fuerza de trabajo y en la especulación financiera,
frente al que hablar de justicia social se ha convertido en una propuesta
subversiva y a la que le cae el sambenito de comunista, como si todavía
viviésemos en los años de la Guerra fría. Y ese modelo inequitativo es el que
ha ubicado al Ecuador como el
tercer país en el mundo con las peores condiciones laborales, según el Índice
Global de Derechos, elaborado por la Confederación Sindical Internacional, CSI,
con datos de 2023. Con la lógica presidencial, si quieren comer postre, los
trabajadores del país tendrán que levantarse más temprano aún de lo que ya se
levantan para trabajar duro, muy duro, porque los buses de las seis de la
mañana ya están llenos con los funcionarios de este gobierno y los ricos del
país y sus herederos yendo a sus trabajos.
José María y Corina lo habían conversado en alguna de sus tardes de té y facturas: toda muerte engendra ausencias y cada ausencia es un pedazo de muerte que se adhiere para siempre a nuestra piel de solos.
(De El perpetuo exiliado, 2016).
lunes, febrero 26, 2024
Si quieres postre, trabaja duro, muy duro
lunes, octubre 02, 2023
Los cucos del comunismo y la desdolarización
En 1984, en el debate televisivo que fue un momento culminante de las elecciones presidenciales de aquel año, Febres Cordero acusó a Rodrigo Borja de marxista: «Pan, sinónimo de alimento, alimento es igual que producción, producción se genera con confianza que yo la genero, usted no la genera porque usted es socialista, marxista, libertario, materialista […]»[1]. En el 2009, se propaló el fantasioso rumor de que en las bóvedas del Banco Central estaban listos 1.200 millones de cóndores en billete, que habrían sido traídos en once contenedores desde Irán, vía Chile, para reemplazar a los dólares del público. En estos tiempos electorales, al igual que ayer, frente a una alternativa política y económica de corte socialdemócrata, como lo es la Revolución Ciudadana, se han agitado, sin pudor ni rigor, los cucos del comunismo y de la desdolarización.
La estrategia política e ideológica de la burguesía ha sido, en general, demonizar y criminalizar a los movimientos sociales y a los partidos progresistas. En 1979, la derecha, con el suporte comunicacional de los medios hegemónicos, acusó a los candidatos del CFP y a su líder Asaad Bucaram de querer imponer el socialismo comunitario y que la disyuntiva de entonces era entre el libre mercado o el socialismo. Aunque parezca ficción, ¡Roldós y Borja fueron acusados de comunistas! Así, hasta estos días, en que se ha etiquetado a todo proyecto que hable de justicia social bajo nombres de diversos fantasmas: a los gobiernos de corte progresista, cuyas políticas económicas son socialdemócratas de diversa gama, se les cuelga el sambenito de comunistas y de castrochavistas. Cuando el movimiento indígena se moviliza se lo acusa de seguir consignas mariateguistas, sin entender siquiera el pensamiento del peruano José Carlos Mariátegui, al igual que, en el pasado, se acusaba a las organizaciones indígenas de ser manipuladas por anarquistas y subversivos, variantes de comunistas y agentes de Moscú o del castrismo. Los corifeos de los medios hegemónicos han repetido esta cantaleta desde siempre y, en cada ocasión, lo han hecho con una mezcla agenciosa de ignorancia y mala fe. En esta época de la violencia y el odio de las redes sociales, se repite, ya desvergonzadamente, lo que grita el fascistoide Milei, que es la versión ideológica en crudo de la política del capitalismo salvaje: «¡zurdos de mierda!». Un lenguaje de albañal, que retoma los postulados de la guerra fría y los transforma en discurso de odio, es puesto en boga por algunos políticos y las centrales de trolls activadas en las redes sociales para el efecto.
Antes de la primera vuelta, el cuco de la desdolarización apareció a partir de una entrevista que el periodista argentino Jorge Fontevecchia le hizo a Andrés Arauz, el candidato a vicepresidente de la Revolución Ciudadana, en abril de este año, cuando aún no era candidato, en medio del debate sobre la dolarización en Argentina. El portal Perfil, en su sección Modo Fontevecchia, tituló la entrevista: «Andrés Arauz: En Ecuador, la entrada a la dolarización fue traumática y la salida sería catastrófica»[2]. En la entrevista, Aráuz hizo una serie de disquisiciones de carácter teórico para que el público argentino tuviera más elementos sobre los costos sociales y las limitaciones de política monetaria que implica entrar en la dolarización. Estas declaraciones, fueron descontextualizadas y tergiversadas, de forma sincronizada, por ese trabajo conjunto y permanente que realizan los corifeos de las cámaras, que escriben en medios tradicionales y hegemónicos, y el ejército de trolls que, inmediatamente, tergiversó todo aún más y lo posicionó, con niveles conceptuales asquerosos, como tendencia en las redes sociales.
La más reciente aparición del cuco de la desdolarización, que ya lleva más de quince años queriendo asustar a la población, fue a propósito de una exposición del expresidente colombiano Ernesto Samper en el IX Encuentro Oficial del Grupo Puebla: «El mundo vive un proceso de desglobalización, y eso tiene un nombre, desdolarización. Solamente cuando logremos avanzar en esa desdolarización vamos a ser capaces de hablar de que se ha creado un nuevo espacio para un entendimiento global»[3]. Inmediatamente la prensa hegemónica manipuló la declaración para trasladarla, en titulares perversos, al programa económico de la Revolución Ciudadana.
En el debate presidencial de anoche,
por enésima vez, la candidata Luisa González, aclaró con solvencia la posición
programática que tiene la Revolución Ciudadana. Primero, precisó, que en la
reunión del Grupo de Puebla se trató sobre un sistema que utilice diversas monedas
e instrumentos de pago para el comercio a nivel mundial. Luego enumeró algunas
políticas públicas de su programa de gobierno encaminadas a fortalecer la dolarización.
Finalmente, recordó que, en la Asamblea, fue la bancada de la RC la que propuso
que, en la Constitución, conste el dólar como moneda del país. Esta propuesta
no contó con el voto del candidato de la derecha, Daniel Noboa. A la burguesía
ecuatoriana, que pretende eliminar del todo el ya debilitado Impuesto de Salida
de Divisas, ISD, —medida implementada por el actual gobierno que sí debilita la
dolarización— no le interesa enterrar este cuco. En el último tramo del proceso
electoral, ya saldrán los analistas económicos de la burguesía y sus mercenarios
digitales a activar los alaridos del cuco de la desdolarización.
En realidad, el progresismo que
proclama la Revolución Ciudadana se sustenta en un programa de corte socialdemócrata,
atravesado por una altísima inversión social, cuya política económica apunta al
desarrollo de una economía capitalista en función del fortalecimiento de la dolarización.
Los cucos del comunismo y la desdolarización solo buscan, con una perversa manipulación
de los conceptos, asustar a la población, aprovechando la propaganda de los
medios hegemónicos, para que los grupos del poder económico se hagan del poder
político a través de sus herederos.
[2] «Andrés Arauz: En Ecuador, la entrada a la dolarización fue traumática y la salida sería catastrófica», Perfil. Modo Fontevecchia, 24 de abril de 2023, https://www.perfil.com/noticias/modo-fontevecchia/andres-arauz-en-ecuador-la-entrada-a-la-dolarizacion-fue-traumatica-y-la-salida-seria-catastrofica-modof.phtml
[3] «La gran polémica: ¿qué es “desdolarizar” en la economía mundial?» Radio La Calle, 1 de octubre de 2023, https://radiolacalle.com/la-gran-polemica-que-es-desdolarizar-en-la-economia-mundial/