Una niña palestina en el campo de refugiados de Shati luego de un bombardeo israelí (Europa Press, foto tomada de El Confidencial, 9 de octubre de 2023) |
Familia israelí evacuada luego de los bombardeos de Hamas, el 7 de octubre (Foto AP, tomada de AJN Agencia de Noticias, 7 de octubre de 2023) |
Netanyahu, que estaba debilitado por las acusaciones de corrupción y su afán por paralizar al poder judicial, se vio fortalecido, al comienzo, por la unidad política de los partidos y la ciudadanía frente al ataque de Hamas. Su respuesta ha ocasionado, según la ministra de Salud de Palestina, Mai Kaila, más de 10.000 víctimas, entre la población civil, incluidos 4.800 niños, en la Franja de Gaza. En este sentido, Netanyahu ha violado el derecho internacional humanitario, al imponer un “cerco total” y castigar colectivamente a la población civil palestina al cortarle los servicios básicos, bombardear hospitales, escuelas y varios campos de refugiados, al usar armamento prohibido que contenía fósforo blanco, al detener de manera arbitraria a periodistas y activistas —como Ahed Tamimi, nacida en 2001, que ni siquiera vive en Gaza sino en Cisjordania— y, además, al matar a miembros de organismos internacionales con sede en la Franja de Gaza, que cumplían sus tareas. La narrativa de que Hamas se escuda tras la población civil y que por eso hay víctimas civiles ya no se sostiene, toda vez que las víctimas civiles son mayoritarias y, en este caso, asesinadas de manera indiscriminada y cruel. No obstante, a medida que pasan los días, la desmesurada reacción militar ordenada por Netanyahu recibe el rechazo de importantes sectores democráticos del mundo
António Guterres, secretario general de las NN. UU., denunció que Gaza se está convirtiendo en un cementerio de niño y llamó a un alto al fuego humanitario para evitar un genocidio. Él ha dicho, con sentido de justicia: «Los agravios del pueblo palestino no pueden justificar los ataques de Hamas y estos ataques no pueden justificar el castigo colectivo del pueblo palestino». Aunque suene un tanto ingenuo, dada la ferocidad de los contrincantes, el alto al fuego inmediato, la supresión del bloqueo y la desmilitarización efectiva de la Franja de Gaza, son medidas indispensables para reemprender la construcción de la paz. El escritor israelí Amos Oz (1939-2018), al responder sobre la posibilidad de la convivencia de los dos Estados, dijo en una entrevista en 2014: «Creo que la mayoría de los palestinos no están precisamente enamorados de Israel, pero aceptan reticentemente que los judíos israelíes no se van a ir de ahí, del mismo modo que los judíos israelíes, igualmente reticentes y descontentos, aceptan que los palestinos tienen pensado quedarse. Esto no son las condiciones ideales para una luna de miel, pero quizás sí para un divorcio justo como el que se vivió en el caso de República Checa y Eslovaquia». En el caso de Israel y Palestina, la paz solo puede ser construida sobre las realidades presentes, no sobre una disputa histórica en las que ambas partes tienen razón.