«Acabo
de encontrar una inteligencia artificial que es indetectable y lo mejor de todo
es que te puede hacer un ensayo completo de lo que tú quieras», anuncia un
tiktokero
con su mejor sonrisa y el tono más convincente. «La página se llama Aithor.com»
y bastó que yo la consultara para que en mi Instagram apareciera, a cada
momento, publicidad sobre esta y otras páginas similares. Parecería que al
ChatGPT le salió una competencia que tomó la delantera. ¿Para qué pensar alrededor
de un tema, si Aithor puede pensar por ti? ¿Para qué investigar un asunto,
organizar las lecturas, los datos y demás, y construir el esquema de un texto,
si Aithor puede hacer todo esto por ti? ¿Para qué escribir un ensayo, una
ponencia, un artículo para una revista indexada, si Aithor puede escribirlos
por ti? Si le pregunto al ChatGPT acerca de los aportes de la inteligencia
artificial para la educación, me ofrece: la personalización del aprendizaje, la
automatización de las tareas administrativas (entre las que incluye la
evaluación de exámenes) y la mejora de la retroalimentación. Como buena
marquetera de sí misma, también habla de los desafíos, es decir, de los
problemas, y menciona la ampliación de la brecha tecnológica y el impacto en el
empleo docente, es decir, el crecimiento de la inequidad y la pérdida de
puestos de trabajo. Yo no soy optimista sobre los efectos positivos de las
aplicaciones de inteligencia artificial en ciertos procesos educativos; por el
contrario, si la escuela y la universidad no toman medidas urgentes, partes
fundamentales del aprendizaje como son la investigación, la escritura y, en
general, el pensamiento crítico, se convertirán en un fraude de principio a
fin. Aithor, por ejemplo, tiene un amplio menú en el que puedes seleccionar el
número de páginas, el estilo de citación —oferta que incluye APA, MLA, Chicago,
Harvard, Vancouver— o elegir el tono de la escritura: formal, objetivo,
informativo, analítico, persuasivo, narrativo, descriptivo, casual. Por supuesto,
nos ofrece un índice de los temas, de tal forma que el usuario pueda
modificarlo según su necesidad, añadiendo o suprimiendo ítems. ¿En qué se
diferencia este fraude en el que la IA escribe en lugar del estudiante con la antigua
copia del trabajo del compañero de aula o el pedido directo a una persona amiga
para que escriba la tarea del ensayo en vez de nosotros?
Las
aplicaciones de inteligencia artificial como ChatGPT o Aithor, en la práctica,
se están convirtiendo en el reemplazo de aquellos licenciados de antaño que
“asesoraban” la elaboración de monografías escolares o el tristemente célebre
sitio web
El rincón del vago. Solo que más rápido, más barato
y con la promesa de que el
fraude será indetectable. «En pocos segundos tendremos un ensayo completo». Otras
preguntas rondan en mí: ¿para qué más investigadores en las universidades?,
¿para qué más revistas indexadas?, ¿para qué la construcción del saber,
entendida como un ejercicio comunitario del ser humano? Parecería que las
revistas indexadas en línea seguirán existiendo, únicamente, para alimentar la
información que acumula y almacena la inteligencia artificial; aquella
información que le sirve para convertir al saber en un insumo para plagiar el
conocimiento del ser humano y ofrecerlo como propio a la misma humanidad. Debo
aclarar, antes de concluir esta reflexión, que no estoy en contra del desarrollo
de la inteligencia artificial como una herramienta del progreso de la humanidad,
sino contra la proliferación, sin control, de las aplicaciones que sustituyen
el ejercicio del lenguaje del ser humano y la promoción celebratoria de su uso para
el fraude académico. Aithor,
author, autor, al finalizar el ensayo que ha
escrito en lugar nuestro evalúa el nivel de enmascaramiento: «Su contenido
parece escrito por humanos. No se requieren cambios». Y, sin embargo, se
requieren muchos cambios a nivel educativo, ético y legal para enfrentar esta
carrera por el dominio del mercado en la que los fabricantes de las
aplicaciones de IA han encarrilado a la humanidad.
La aplicación
Aithor es promocionada como un generador de ensayos impulsado por IA, que
escribe de manera impecable e instantánea y que se puede comprar por 24,99 USD$
al mes. También ofrece un descuento por subscripción anual para que el costo
sea tan solo de 99,99 USD$. El fraude académico, indetectable, al alcance de su
mano por unos cuantos dólares.
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