La hoguera huyente condensa en la historia de un personaje el trágico sacrificio de una generación. |
La
función política de la literatura es una de las más complejas de asumir por
cuanto se enfrenta, sobre todo, a la siempre contradictoria verdad histórica, que tiene más que ver
con la construcción de un relato, la ideología de quien lo escribe, y el tiempo
histórico de la recepción, antes que con la verdad
propiamente dicha. Abdón Ubidia ha logrado manejar con solvencia, esta
complejidad en su más reciente novelina La
hoguera huyente.
La
novelina se concentra en la historia personal de Pedro: su ruptura con la
familia y la clase social a la que pertenece, su firme compromiso ideológico,
su enamoramiento atravesado por la política, y el sacrificio de su propia vida.
La estrategia que utiliza Abdón Ubidia es la de contar estos sucesos desde el
punto de vida de un narrador testigo que asiste a la proyección de una película
sobre la vida de Pedro. Con aquel entramos a la sala de cine y vemos el filme
con sus ojos.
El lenguaje del
narrador es directo, sustantivo, despojado de opiniones. Son los hechos
narrados los que problematizan ideológicamente al lector de la novela /
espectador de la película, mientras transcurre la lectura de la novelina que
es, simultáneamente, el tiempo de proyección de la película. La narración adopta
el tono discursivo de un guion de
tratamiento: el distanciamiento emocional de la voz narrativa respecto de
lo narrado contribuye a que la complejidad política y vital asumida por Pedro
conmueva por la dolorosa vitalidad de los hechos.
La confrontación
entre el hijo y el padre no es solo una problemática generacional; resume la
confrontación de dos visiones éticas sobre el mundo. Mientras el padre le dice:
«Usaste tu revolución para librarte de mí», el hijo le responde: «Eres apenas
una marioneta más de un mundo corrupto». Dos visiones políticas
irreconciliables, dos visiones del mundo y de la vida divergentes, dos visiones
que desembocarán en el encuentro del hijo con su final trágico y la resignación
del padre ante lo irremediable de la muerte.
Abdón Ubidia, Quito, 1944. |
Publicado en Cartón Piedra,
revista cultural de El Telégrafo, el
20.07.18
La fotografía del autor es de la Agencia Andes, del programa "El otro lado de...", conducido por Marco Antonio Bravo.
Me encanta la descripción del viejo ricachón, con su ex-secretaria, mujer voluptuosa, adorable-mente "ignorante" y de un evidente arribismo, el hijo revoltoso que con seguridad no sabía en lo que se metía y solo por la pasión obsesiva hacia su amada guerrillera india, por supuesto esta el tío Marco; hombre de poca fe como decía el sobrino, como tantos soñadores de esa época que creyeron cambiar lo establecido y que finalmente se apoltronaron en una esquina de la vida, vencidos y todavía pensando que se pudo haber hecho algo mas. Abdón Ubidia, mis felicitaciones MAESTRO, me gusto su novela corta? o relato?.
ResponderEliminarLeí la novela y me gustó su argumento, sin embargo me queda una duda, ¿es una novela histórica? o ¿dentro de que subgénero se la puede clasificar?
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