Allan Jeffs llevó su instalación en la Antárdida y Fernando Mieles documentó en su filme Persistencia, esta experiencia. |
Cinco
figuras, de forma humana, en actitud de recogimiento; figuras construidas en
fibra por artesanos de la calle 6 de Marzo, de Guayaquil; cubiertas con un
manto de paja toquilla, hecho por tejedores de la provincia de Santa Elena.
Cinco efigies de fibra y paja plantadas sobre el hielo, contemplando el mar de
la Antártida. En 2012, Allan Jeff, (Santiago de Chile, 1973), montó una
instalación con estas figuras en la Antártida, cerca de la estación científica
“Pedro Vicente Maldonado”, en la isla Greenwich.
Fernando Mieles
(Guayaquil, 1970) capturó esta aventura en su documental Persistencia (2016), que puede ser visto como una meditación sobre
la intervención del Arte en la Naturaleza, esto es del ser humano como elemento
que dota de historia al paisaje, a través de en una propuesta fílmica que combina el preciosismo
de la fotografía y el protagonismo del sonido, realizada mediante una narración
visual impecable.
Fernando Mieles durante la filmación. |
Mieles trabaja con la yuxtaposición de escenas
de la naturaleza: los glaciales, el mar, la playa rocosa, leones y elefantes
marinos, pingüinos; del seguimiento que la cámara hace del artista caminando con
las figuras a cuestas y, luego, montando la instalación en diversos sitios; así
como con las imágenes de los científicos realizando sus experimentos en el
laboratorio de la estación. Naturaleza, arte y ciencia: el ser humano estudia,
interviene y, al final, mediante la imagen cinematográfica, captura la imagen
de la huella de su ausencia en el paisaje.
Las
primeras escenas, separadas con fundidos en blanco, nos muestras el paisaje y
sus habitantes naturales. De pronto, un poste con letreros, presencia de lo
humano, en medio de la desolación nos anuncia el aparecimiento del ser humano.
Surge, caminando, el artista con sus figuras a cuestas. Un hombre solo,
dominando la inmensidad de la nieve, con el arte a cuestas… solo un hombre. La
naturaleza que existe por sí misma pero ahora con la huella del artista en ella
y, nosotros, guiados por el cineasta, contemplando un paisaje que empieza a
llenarse de historia.
Más
adelante, cuando Allan Jeffs ha instalado las cinco figuras junto a una colonia
de pingüinos, estos se acercan a ella: las miran, las tocan, se introducen en
ellas. Los monos actores de 2001: Odisea
del espacio descubriendo con asombro el monolito. Los pingüinos de Persistencia interactuando con la
instalación artística: fundiendo la naturaleza y el arte. Los pingüinos
investigan esas presencias igual que los científicos, trabajando con un
simbólico mechero Bunsen, investigan la floración de microorganismos. Mieles
nos enseña el lenguaje de la edición.
La
perseverancia del viento que nos llega implacable, el eco de los pasos del
artista que resuenan sobre la nieve, el contraplano del laboratorio: todo
constituye una realidad que existe para nosotros por la mirada del cineasta. Persistencia, de Fernando Mieles, amalgama
la naturaleza, el arte y la ciencia en un documental que nos ofrece una
maravillosa experiencia visual y sonora.
Publicado en Cartón Piedra, revista cultural de El Telégrafo, el 29.06.18