En la vida académica y el servicio público
los conceptos filosóficos se multiplican. Existe, por ejemplo, la idea de los cuatro
pilares de la educación, según Jaques Delors: aprender a conocer, aprender
a hacer, aprender a ser y aprender a vivir juntos. Asimismo, a
nivel internacional, se ha formulado políticas públicas educativas en el marco
de un compromiso permanente del Estado para lograr la realización plena del
derecho a una educación pública gratuita de calidad y calidez para todos.
En otro ámbito, el principio pedagógico del aprender haciendo no es solo
una consigna institucional sino una manera de entender el proceso de enseñanza
y aprendizaje. Sentir que estas formulaciones filosóficas se encuentran, años
después, en la vida cotidiana de una institución escolar —en cuyo nacimiento
uno contribuyó con la mínima semilla de un bosque—, es una satisfacción
espiritual que recompensa los desvelos y sinsabores del servicio público.
La Unidad Educativa del Milenio «Ing. Agr. Juan José Castelló Zambrano» está ubicada en Limoncito, comuna de la parroquia rural Simón Bolívar, también conocida como Julio Moreno, del cantón Santa Elena. El sábado 28 de enero se llevó a cabo una sencilla ceremonia, tanto por la creación de la institución cuanto porque el 31 de enero se conmemora el natalicio de quien es su patrono. Quince años atrás, entre septiembre y noviembre de 2007, se ejecutaron las acciones administrativas que desembocaron en la creación de la fundación y la UEM. La Fundación del mismo nombre donó al Ministerio de Educación el terreno de la finca Carmen Paulina: cuarenta hectáreas productivas para las prácticas agrícolas. El convenio entre la fundación y el Ministerio permitió un trabajo conjunto para sacar adelante este proyecto educativo según el modelo del Zamorano, de Honduras. El diseño del pénsum contó con la asesoría de la economista Mayra Falck, en ese entonces, docente de dicha universidad, que también estuvo en la conmemoración del sábado pasado.
El proyecto educativo rinde tributo
a la memoria de un graduado del Zamorano, el ingeniero agrónomo Juan José Castelló
Zambrano (1986-2007), a través de la implementación de la pedagogía del aprender
haciendo de dicha universidad y, al mismo tiempo, ha convertido un
territorio rural en un espacio comunitario de producción. En él, confluyen
niños y jóvenes de las comunas de Limoncito, Juntas del Pacífico, Santa Ana, La
Frutilla y Sube y Baja, que pertenecen a la parroquia de Simón Bolívar. Esta
institución educativa nació en medio del dolor de los padres, Juan José y
Josefina, por la pérdida de su hijo: ellos convirtieron su duelo familiar en un
proyecto de vida al servicio de la comunidad y se han entregado con amor a generar
las mejores condiciones, en alianza con las autoridades educativas, para la educación
de la zona entendida como un motor que promueve el desarrollo de las comunas. Con Juan José Castelló y Josefina Zambrano de Castelló.
En 2008, se iniciaron las actividades con una minga que levantó diez casas de caña guadúa de dos plantas, para las residencias estudiantiles; tres casas prefabricadas, para los docentes y la administración; dos galpones para comedor, cocina y dispensario médico; y tres aulas y un laboratorio de cómputo. En 2010, el Ministerio de Educación construyó el complejo educativo con una inversión de 3’500.000 US$. Hubo diferentes proyectos productivos con resultados diversos, según lo señalado en una investigación académica de 2013[1]: planta de procesamiento de ciruela, proyecto piloto del cultivo de piñón, producción de cacao fino de aroma, maracuyá, plátano y maíz, administración de un hato de cincuenta vacas, laboratorio de biotecnología, etc. Actualmente, se han iniciado dos proyectos: criadero y distribución de gallinas criollas y sembrío de balsa. De hecho, el sábado pasado disfrutamos de un exquisito seco de gallina, cuya textura y sabor son superiores, sin discusión alguna, a los de las aves de criaderos industriales, y ese mismo día, de manera simbólica, también sembramos algunos árboles del proyectado bosque de balsa.
El proyecto educativo de la UEM JJCZ
ha tenido logros y contratiempos a lo largo de estos quince años. En este proceso,
el entusiasmo de su comunidad educativa se ha fortalecido y, desde hace un
lustro, se retomó la relación de manera más estrecha entre la UEM y la Fundación
JJCZ. En todo caso, aquellos conceptos educativos y de política pública, que
mencioné al comienzo, se realizan en la vida diaria de este proyecto educativo que
alberga, en cada célula de la naturaleza que envuelve a la escuela, el espíritu
vivo de aquel joven ingeniero agrónomo, sintetizado en el nombre del proyecto
inicial: «Yo sueño con Limoncito».Con mi hija Daniela, sembramos un árbol de balsa.
[1] Luz María Guamán Salazar y
Felipe Vásquez Villaba, «Sistematización de la experiencia de desarrollo de la fundación
Juan José Castelló Zambrano, Limoncito, Ecuador», Proyecto
especial de graduación presentado como requisito parcial para optar al título de Ingenieros en Ambiente
y Desarrollo en el
Grado Académico de Licenciatura
en la Escuela Agrícola Panamericana, Zamorano, Honduras, noviembre de
2013, https://bdigital.zamorano.edu/server/api/core/bitstreams/2307aa62-bf67-4dfa-bd7b-c21048aa9b5f/content