José María y Corina lo habían conversado en alguna de sus tardes de té y facturas: toda muerte engendra ausencias y cada ausencia es un pedazo de muerte que se adhiere para siempre a nuestra piel de solos.
(De El perpetuo exiliado, 2016).

domingo, marzo 09, 2008

Transfiguración de cobre en blanco

(Motivo sobre un cuadro de Edgar Carrasco)

Por Raúl Vallejo








Moraba en tierra milenaria con sueño de espantamiento.
Sin historia ni cataclismos ni dioses que me identifiquen.
¡Oh tiempo del silencio y la materia silente!
¡Oh rastro sin rostro y volcanes de llamavientos!
Soy la entraña vida de meandros y caminos sinuosos.
Soy el surco que arado alguno habrá de señalar.

Después han sido en mí las mutaciones.
Contacto del drama que sepultó el futuro en la minasorda.
¡Oh quebrada de seres anónimos que van haciendo el poema!
¡Oh risco del riesgo y barrancos de vértigosiesta!
Existo en la posibilidad de cuencas vaciadas y llantosdesgracia.
Existo en los sueños de un par de manos sacrificadas.

¿Qué me aguarda en la nueva esfera de mi existencia?
¿Qué soy ahora que no soy olvido en medio de la tierra?
¿Dónde existo si la memoria avanza petrificada y luego estalla?
Manos, ácido, largaesperas.
Quietud, neuronas, humanocontacto.
Dioses del incesto,
Antropófagos del siglo XX y los neutrones:
Heme aquí,
Para castigo de la soberbia
Y permanencia de la pazvida,
Cobre transfigurado en blanco.

Segundo Premio en el Concurso Nacional de Poema Mural “Fundación de Guayaquil”, 1986

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