José María y Corina lo habían conversado en alguna de sus tardes de té y facturas: toda muerte engendra ausencias y cada ausencia es un pedazo de muerte que se adhiere para siempre a nuestra piel de solos.
(De El perpetuo exiliado, 2016).

martes, julio 04, 2017

Yo antes de ti: transformar al otro, a uno mismo



No me gustan las películas de personajes con enfermedades catastróficas o terminales, en general, así que me he negado sistemáticamente a ver La escafandra y la mariposa, que ganara un Globo de Oro a la mejor película en lengua no inglesa, o Wit, con la extraordinaria Emma Thompson… y eso que se trata de una profesora de literatura. Aclaro, antes de continuar, que no tiene nada que ver con la calidad de filme o, peor, con alguna consideración negativa sobre la validez de un tema, sino con una cuestión personal frente al sufrimiento y la muerte.
            No obstante, si bien me he negado a ver la película hasta el día de hoy, decidí leer Yo antes de ti (2012), novela de Jojo Moyes (Londres, 1969), lo que ha sido para mí una lectura de saneamiento y reconciliación frente al dolor y el sufrimiento; y frente a la confrontación entre la pulsión de vida y el anhelo de muerte. Lectura de un texto sentimental, sin pretensiones, que, sin embargo, cuenta una historia de manera diáfana, construye personajes con verdad afectiva, y trasciende en su planteamiento ético.
            Yo antes de ti es una historia de amor con los ingredientes que se necesitan para llorar. A medida que avanzamos en su lectura, la novela nos va involucrando en las transformaciones que por mutua influencia sufren los personajes, en los dilemas éticos que deben afrontar, y en la desesperada necesidad de encontrar un camino propio en la vida. “Hay horas normales y hay horas yermas, en las que el tiempo se estanca y se desliza, donde la vida (la vida real) solo existe en otro lugar”, piensa Louisa. La historia, sin que lo sintamos, se convierte en un alegato sobre el buen vivir, atravesado por las repercusiones personales, familiares y legales de la eutanasia.
            Louisa Clark es una muchacha de 26 años que pertenece a una familia de clase media. Ella trabaja de mesera en una pequeña cafetería, su padre en una fábrica que amenaza con cerrar, su madre se dedica a las tareas de casa, y su hermana, madre soltera, es la única de la familia que va a la universidad. “Soy baja, morena y, según mi padre, tengo cara de elfo. Y no se refiera la «belleza élfica». No soy fea, pero que nadie me va a llamar nunca guapa.” Su novio Patrick, un entrenador personal, es “el tipo de rostro que se vuelve invisible en la multitud.” Al cerrar la cafetería, ella se encuentra, de pronto y sin estudios de enfermería, trabajando como asistente de cuidados diarios de un millonario tetrapléjico.
            Él tiene 35 años, un carácter cínico y agresivo, y respira una profunda amargura por la forma en que tiene que vivir como tetrapléjico C5/C6; se trata de Will Traynor, que ha pasado sus dos últimos años en una silla de ruedas luego de un accidente de tránsito. Traynor, hasta antes del accidente, era un hombre con fortuna, un triunfador en los negocios y un ser pletórico de vida. A él lo atiende un enfermero llamado Nathan, quien le revela a Lou la real situación: “No va a volver a caminar, Louisa. Eso solo ocurre en las películas de Hollywood. Lo único que hacemos es evitarle el dolor y conservar el poco movimiento que tiene.”
            Los elementos para el drama amoroso están dados. Diferente clase social y, por tanto, niveles distintos de educación y visión del mundo. Obviamente, la actitud que ambos tienen frente a la condición médica de Traynor es radicalmente opuesta. La relación que desarrollan Will y Lou es una mezcla del conflicto de Love Story, de Erich Segal, y le recreación del mito de Pigmalion, en la obra de George Bernard Shaw.
            Will, desde su acritud, es conmovido por la sencillez, inteligencia y vivacidad de Lou. Ella, que se da cuenta de su propia transformación espiritual, siente que su misión es provocar un destello de felicidad en medio de la vida miserable en la que se siente envuelto Will. El surgimiento de la sensualidad se da en una escena cotidiana, cuando Lou decide afeitar a Will, quien se había negado sistemáticamente a tener un mejor aspecto. “Fue un momento de una extraña intimidad, este afeitado. Comprendí que había dado por supuesto que su silla de ruedas sería una barrera, que su discapacidad impediría toda sensualidad.”
            Los personajes crecen en la medida en que van confrontando situaciones complejas en términos que los obligan a tomar definiciones éticas, desde lo cotidiano. No estamos ante un discurso filosófico sino ante la puesta en juego de principios vitales en medio de una historia de amor protagonizada por una extraña pareja. Al final de un concierto al que asisten ambos, las palabras de Will, “Solo… quiero ser  un hombre que ha ido a un concierto con una chica vestida de rojo”, se complementa con las de Lou: “Cerré los ojos y apoyé la cabeza en el asiento, y nos quedamos ahí sentados, juntos, durante un tiempo, dos personas que se dejaban llevar por una música recordada, medio ocultos a la sombra de un castillo en lo alto de una colina iluminada por la luna.”

Pauline Sara Jo Moyes (Londres, Reino Unido, 1969)
             La voz de Louisa, la primera persona narrativa, fluye convincente, natural y con ella los afectos que son compartidos con los lectores. Ah, también están los diálogos: cómo muestran a los personajes y cómo los enriquecen con cada frase que dicen. Y la historia: Jojo Moyes sabe cómo contar e ir desgranando los sucesos hasta un final inevitable que, al igual que Louisa, en un principio, nos negamos a aceptar hasta que comprendemos las razones de Will. Entonces la tristeza se mezcla con el regocijo por liberación que se produce con la muerte. La situación emocional de los personajes durante el encuentro final, en Suiza, entre Lou y Will, podría ser resumido en estas líneas dichas por ella:

“Comprendí que tenía miedo de vivir sin él. ¿Cómo es que tienes el derecho a destrozarme la vida, quise preguntarle, pero yo no tengo ningún poder sobre la tuya?
Pero se lo había prometido.
Así que lo abracé. Will Traynor, experto exnegociador en Londres, exsubmarinista temerario, deportista, viajero, amante. Lo abracé con fuerza y no dije nada, sin dejar de decirle en silencio que era amado. Oh, pero cómo era amado.”

Yo antes de ti, de Jojo Moyes, es una novela de amor narrada con fluidez y verdad, que tiene los ingredientes necesarios para provocar un llanto profundo y liberador; tal vez no sea una novela que engrose el canon literario de la academia, pero sí es una novela en cuya historia dos personajes disímiles, social y vivencialmente, aprenden a escucharse y en ese proceso transforman al otro y se transforman a sí mismos.

lunes, junio 26, 2017

La UASB-E atropella mis derechos laborales



Información sobre docentes en el portal de la UASB-E, del 25.06.17

            Finalmente, aunque con una sarta de engañifas, la UASB-E ha respondido, mediante un comunicado de prensa (El Telégrafo, 23.06.17), a lo que yo he venido reclamando, desde comienzos de mayo, en tres oficios dirigidos a su rector. Todavía no recibo la respuesta oficial del rector a las dos comunicaciones que le dirigí el 27 de mayo y el 13 de junio.
Como yo mismo digo en mis oficios, el rector de la UASB-E sí me recibió el 4 de mayo. El hecho cierto es que, hasta la fecha, el rector se ha negado a reincorporarme a mis tareas académicas en la universidad en tanto profesor de planta que soy.
La UASB-E, en su comunicado, dice: “Cuando en diciembre del año 2015 se venció su licencia como docente, el Dr. Vallejo no presentó oportunamente la solicitud de ampliación.” Esta frase tiene dos falsedades, que aclararé.
La primera falsedad: no es cierto que en diciembre de 2015 se haya vencido ninguna licencia a mí concedida. Con la Resolución 09/2014, el Consejo Superior de la UASB, presidido por Rubén Vélez, me concedió licencia hasta el 4 de abril de 2016.
La segunda falsedad: no es cierto que yo no haya presentado la solicitud de ampliación de mi licencia.
Primero, en abril de 2016, toda vez que continuaba en la función de embajador, presenté la solicitud de ampliación de mi licencia, misma que me fue concedida por el presidente del Consejo Superior de la UASB, Luis Fernando Duque quien, textualmente, resolvió: “autorizar la prórroga de dicha licencia sin sueldo por el período que duren sus funciones.”
Segundo, en mayo de 2016, una vez que estuve posesionado como ministro de Estado, volví a solicitar la ampliación de la licencia. Nuevamente, el presidente del Consejo Superior de la UASB, Luis Fernando Duque, resolvió: “autorizar la prórroga de su licencia sin sueldo por el período que duren sus funciones.”
Yo no he desconocido ninguna competencia del rector de la UASB-E. Es este, el que están desconociendo la autoridad del presidente del Consejo Superior de la UASB, Luis Fernando Duque, al desacatar la Resolución No. 01-2017, emitida el 11 de mayo, Formalización reincorporación doctor Raúl Vallejo Corral, docente profesor de planta del Área de Letras y Estudios Culturales, y miembro del Consejo Superior de la UASB, cuyo «Artículo único» dice:

Disponer que la Sede Ecuador de la Universidad Andina Simón Bolívar, para que en un plazo no mayor de 15 días, realicen los trámites correspondientes para formalizar la reincorporación del Doctor Raúl Vallejo Corral, docente profesor de planta del Área de Letras y Estudios Culturales, y miembro del Consejo Superior de la UASB, quien se encontraba debidamente autorizado para gozar de una licencia sin sueldo mientras ejercía funciones de embajador de la República del Ecuador ante el Gobierno de Colombia y posteriormente como Ministro de Cultura y Patrimonio de ese país.

            El plazo se cumplió el 27 de mayo. Para información de la ciudadanía, la UASB-E al decir que yo he “exhibido documentos que no corresponden”, pretende desconocer la autoridad del economista Luis Fernando Duque, presidente del Consejo Superior de la UASB, “máximo organismo de dirección de la universidad”, según lo estipulado en el artículo VII, numeral 1, de su Estatuto. Reglamentariamente, debe saber la ciudadanía, es al presidente del Consejo Superior de la UASB, Luis Fernando Duque, a quien yo tenía que solicitar la ampliación de mi licencia sin sueldo.

            Asimismo, la Secretaria General, dice, refiriéndose a mi situación laboral: “Podría luego pedir su recontratación al rector de la universidad, sometiéndose a las normas y procedimientos que todos, sin excepción, deben observar.” Esta afirmación, constituye un escandaloso atropello a mis derechos laborales. El comunicado de la UASB-E oculta algunos hechos:

1) En ningún momento la UASB-E me comunicó que mi licencia había concluido. Tampoco lo hubiera podido hacer, justamente, porque siempre solicité la prórroga de la misma.
2) La vigencia de la licencia está corroborada por el hecho de que la UASB, sede Ecuador —como corresponde a mi estatus de profesor de planta del Área de Letras y Estudios Culturales—, me ha incluido en la página web de la universidad; asimismo, consto en el folleto de Convocatoria Internacional 2017 de los Programas de Maestría de Investigación; y, además, en la pasada consulta previa para designar rector, que tuvo lugar el 24 de octubre de 2016, estuve, como docente de planta, en el Padrón electoral y ejercí mi derecho al voto.
Si yo hubiera dejado de ser profesor en diciembre de 2015, como miente el comunicado de la UASB-E, entonces no tendría que haber figurado en la promoción que la universidad hace de sus programas para 2017, y menos, constar en el padrón de la consulta previa de octubre de 2016 que la propia UASB-E elaboró.
3) Al exigir que yo pida una “recontratación”, la UASB-E está reconociendo que ha atropellado mis derechos laborables, pues, por un lado, dice que soy profesor de planta en la promoción de sus programas de maestría y, por otro, pretende sostener que ya no pertenezco a la planta docente y que debo solicitar mi recontratación.
Al leer mi artículo anterior, el rector de la UASB, sede Bolivia, doctor José Luis Gutiérrez Sardán, tuvo a bien enviarme el siguiente mensaje:

Respetado y apreciado Dr. Raúl Vallejo:
Gracias por la información que nos comparte. Como le hice conocer nuestro criterio en otra oportunidad anterior, los derechos del profesor universitario no se pierden por “Servicio a la Patria” (prestar el servicio militar o representar al Estado como Embajador o Ministro de Estado). Este criterio rige en la Universidad Andina Simón Bolívar -Sede Central- pues de lo contrario privaríamos al Estado del importante aporte de nuestros mejores talentos. La democracia exige respeto y tolerancia, no sólo en procesos electorales sino en forma permanente. La democracia otorga, no restringe derechos.

Criterio que, según se desprende de su negativa a reintegrarme como docente, no comparten las autoridades de la UASB, sede Ecuador. Está claro que, a pesar de las pomposas declaraciones de pluralismo y democracia de las autoridades de la UASB-E, en ellas lo que prima es el sectarismo político.
No voy a referirme a los otros temas porque ya lo hice en mi artículo anterior y la UASB-E en su comunicado se limita a negar padre y madre con generalidades que no aclaran nada. Quiero que las autoridades universitarias y laborales del Ecuador, así como la ciudadanía, se enteren de que las actuales autoridades de la UASB-E están violentando mis derechos laborales.

martes, junio 20, 2017

SENESCYT y UASB: solo hay que cumplir la Ley


           
           En días pasados, luego del acuerdo alcanzado por la SENESCYT y la Universidad Andina Simón Bolívar, sede Ecuador, que fuera publicitado el 1 de junio, aparecieron dos artículos de opinión que, de manera tendenciosa, interpretan el acuerdo; de forma tergiversada, mencionan mi participación en el impasse de la UASB; y, de manera deliberada, ocultan a sus lectores la negativa del rector de la UASB-E a reintegrarme como docente de planta. El uno, "Acuerdo sobre la Andina", de Enrique Ayala Mora (El Comercio, 09-06-17); el otro, "El acuerdo con la Andina", de Felipe Burbano de Lara (El Universo, 13-06-17). Ambos artículos, básicamente, dicen lo mismo y tienen similares punto de vista, por lo que habré de referirme, indistintamente, a ambos.
            El acuerdo entre la SENESCYT y la UASB es importante porque ha logrado que, finalmente, la UASB-E acepte públicamente lo que sus autoridades, sistemáticamente, se habían negado a aceptar: 1) Ingresar al eSigef y manejar los fondos públicos con los sistemas contables y de registro que llevan todas las instituciones públicas del país; 2) Repatriar al sistema financiero nacional los recursos que la UASB tiene en el exterior; y 3) Reconocer la competencia de las autoridades de control del Estado ecuatoriano sobre el manejo de los fondos públicos.
            En contraparte, la SENESCYT se comprometió a “reafirmar el estatus de organismo público internacional de la UASB-E”, que es algo que nunca ha estado en duda; y a gestionar las asignaciones pendientes. Estos puntos serán resueltos una vez que la UASB cumpla con las tres exigencias arriba mencionadas; puesto que, para empezar, las transferencias deberán hacerse a través del eSigef, según señala la Ley. Exactamente lo mismo que el gobierno anterior le exigía a la UASB.
            Sin embargo, tanto Ayala Mora como Burbano de Lara, opinan sobre el impasse desde una supuesta victimización política. Ninguno reconoce que la UASB-E, por razones de militancia partidaria de sus autoridades —empezando por Ayala Mora, que utiliza su columna editorial, con el beneplácito del diario en el que escribe, para opinar sobre un asunto del que es juez y parte—, se ha negado a cumplir la Ley ecuatoriana. Tanto se ha negado que ahora firma un acuerdo aceptando que habrá de cumplirla. Suena extraño pero es así: con el acuerdo, las autoridades de la UASB-E reconocen que ahora sí se someterán a la Ley ecuatoriana.
Ninguno de los dos editorialistas informa a sus lectores que el Consejo Superior de la UASB, cuyo presidente es el colombiano Luis Fernando Duque, también ha impelido a las autoridades de la sede Ecuador a cumplir con la Ley del país. Por ejemplo, en la sesión del 22 de noviembre de 2016, fue resuelto que el presidente del fondo de inversiones de la UASB-E (Fondo de Promoción) debió haber presentado, en quince días desde esa fecha, un informe detallado sobre la evolución de dicho fondo. El cumplimiento de esta disposición ha sido escamoteado pues, una comunicación del 22 de diciembre de 2016, firmada por el presidente del Fondo de Promoción, está llena de disquisiciones legales y justificaciones sin mencionar una sola cifra que permita tener una idea, para empezar, de a cuánto asciende dicho fondo.
Nunca las autoridades de la UASB-E han rendido cuentas a la comunidad universitaria sobre el Fondo de Promoción —que el actual rector se ha comprometido a repatriar—; por eso es que ningún estamento de la UASB conoce hasta hoy: 1) Cómo y cuándo se formó el fondo; 2) Cuál ha sido su monto en los diferentes años; 3) Cómo ha evolucionado; dónde y bajo qué condiciones financieras ha sido invertido; 4) Qué se ha hecho con los intereses generados; 5) Si se ha dispuesto de parte del capital, en qué se ha invertido y bajo qué normas de uso dinero público.
Dado el acuerdo firmado con la SENESCYT, ojalá que las autoridades de la UASB, por fin, informen sobre el Fondo de Promoción a todos los estamentos de la comunidad universitaria. Asimismo, ojalá que, para el bienestar de trabajadores y docentes, se decidan a arreglar las glosas y otras cuentas pendientes con el IESS para que los empleados de la UASB puedan acceder a los servicios de la seguridad social. Y ojalá que, finalmente, los docentes sean ubicados según ordena el Reglamento de Carrera y Escalafón del Profesor e Investigador del Sistema de Educación Superior, expedido en 2013, según la LOES.
            Los articulistas, asimismo, repiten dos consignas falsas para justificar su argumento esgrimido desde la “teoría de la conspiración”: la una, que en la UASB-E el rector es elegido; y la otra, que yo era el “candidato del correísmo” frente al “candidato de la universidad”. Sobre el primer punto, el Estatuto señala que el rector de la UASB es designado por el Consejo Superior. Para comprender mejor este asunto, los remito a mi artículo "Cinco apuntes sobre el impasse de la Universidad Andina Simón Bolívar" (El Telégrafo, 05-02-16).
Sobre el segundo punto: bien conoce Enrique Ayala Mora —quien, destruyendo una relación fraternal que nos unió durante el crecimiento de la UASB, no tuvo empacho, por causa de la coyuntura política, en “demonizarme” durante la consulta previa con toda clase de mentiras sobre lo que sería mi actuación si era designado rector—, y también lo sabe la comunidad universidad: yo he sido profesor fundador de la UASB-E, y como tal tenía y tengo el derecho de aspirar a cualquier función de dirección de la universidad por mí mismo sin asumir la bandería de ningún gobierno ni partido político. Yo participé del proceso de designación de rector en mi condición de docente fundador de la UASB y era tan “candidato de la universidad” como cualquier otro.
Así que, señor Burbano de Lara, tranquilo; no se afane usted en pretender colocarme sambenito alguno al mejor estilo de los inquisidores. Mi nombre siempre será recordado en la UASB-E: me recordarán como parte del grupo de profesores fundadores de la universidad, como director del Área de Letras, como director-fundador de la revista Kipus, como investigador del proyecto de las literaturas del Ecuador, como miembro del Consejo Superior de la UASB que ha exigido que la institución cumpla la Ley, y también me recordarán como un docente que, en cada curso, aprende enseñando.
Lo que tampoco informan Ayala Mora y Burbano de Lara a sus lectores es que, contra todas las declaraciones de pluralismo y democracia de las que llenan sus escritos, el actual rector de la UASB-E, con una serie de maniobras dilatorias, se niega a que yo reingrese como docente de la universidad. He dirigido tres oficios al rector solicitando mi reintegro a las actividades académicas y docentes que me corresponden: el 5 de mayo, el 29 de mayo y el 13 de junio. Pueden consultar el oficio del 13 de junio a Jaime Breihl que resume la situación en la que mis derechos laborales están siendo violentados.
Mi condición de docente de la UASB está corroborada por el hecho de que la propia UASB-E —como corresponde a mi estatus de profesor de planta del Área de Letras y Estudios Culturales—, me ha incluido en la página web de la universidad; asimismo, consto en el folleto de Convocatoria Internacional 2017 de los Programas de Maestría de Investigación; y, además, en la pasada consulta previa para rector que tuvo lugar el 24 de octubre de 2016, estuve registrado, como docente de planta, en el padrón y ejercí mi voto. Pero las autoridades actuales se niegan a reintegrarme a mis actividades académicas y docentes.
Hablan contra “el autoritarismo” y “el abuso”, y hacen pomposas declaraciones de “pluralismo”, pero en su esfera de poder, sea laboral o doméstica, se comportan como tiranos que violentan derechos laborales, y como sectarios que no admiten el disenso. Pero no solo eso. El rector de la UASB, el mismo que firmó el acuerdo con la SENESCYT, también desacata una resolución, del 11 de mayo, emitida por el presidente del Consejo Superior de la UASB, “máximo organismo de dirección de la universidad”, según lo estipulado en el artículo VII, numeral 1, de su Estatuto, que lo conmina a reintegrarme en un plazo máximo de quince días. Dicho plazo terminó el 27 de mayo y yo continúo con mis derechos laborales violentados.
El acuerdo entre la SENESCYT y la UASB-E es plausible porque se basa en una fórmula sencilla, que no da lugar a interpretaciones: la UASB-E tiene que cumplir las leyes del Ecuador si quiere gozar del reconocimiento del Estado ecuatoriano como organismo público internacional y participar de los recursos públicos destinados a las universidades. Para que el acuerdo sea puesto en práctica, ya que hasta hoy está únicamente en un documento, solo hay que hacer lo que no quiso hacerse en el pasado: cumplir la Ley.