José María y Corina lo habían conversado en alguna de sus tardes de té y facturas: toda muerte engendra ausencias y cada ausencia es un pedazo de muerte que se adhiere para siempre a nuestra piel de solos.
(De El perpetuo exiliado, 2016).

domingo, mayo 01, 2011

Acoso al sacralizado Dios texto


En octubre del año pasado, conocí la edición de Un hombre muerto a puntapiés / Débora, de Pablo Palacio, con introducción de Alicia Ortega, y la de Catálogo de ilusiones, el cuentario de Raúl Serrano, ambos libros publicados por la editorial argentina Final Abierto. A instancias de mi tocayo, en noviembre envié un ejemplar de Acoso textual —en ese momento tenía a mano la edición cubana— para que dicha editorial la leyera y resolviera publicarla o no en su fondo. Afortunadamente, la novela les gustó a los lectores de Final Abierto y ahora está en circulación la edición argentina de Acoso textual. Reproduzco la contratapa escrita por José Henrique, director de la editorial.


Por José Henrique

Buenos Aires, marzo de 2011

Cuando parecía que el teléfono y la televisión devoraban al texto… (Ese mismo, cargado de profundidad, que se empeñaba en tirar ancla, para que a las palabras no se las lleve el viento. El que fue objeto filoso para legar ideas antiguas, para volver a desenterrarlas, cuestionarlas y vociferarlas a multitudes, transformándose en guillotina de mucha edad media. El que se vistió de sepulturero, con su traje rojo, para asentar, una a una, las palabras de los obreros en las páginas de la Historia. Es ese viejo zorro dialéctico que también trata de justificar las atrocidades más despreciables de una parte de la humanidad. Esa arma de doble filo que aterró a la Iglesia, enjaulándola para sí, como bestia hambrienta, en oscuros monasterios. En fin, el portador infatigable de los grandes relatos que el posmodernismo, en sintonía clerical, quiso confinar.) …resurgió de las cenizas de la mano de los jóvenes, inagotable fuerza de reserva humana, que con brutalidad, se encargaron de mandar millones de mails, formateando sus reglas, para acosar a los cuidadores de la gramática.

Acoso textual, la novela del ecuatoriano Raúl Vallejo, que desde Final Abierto, presentamos por primera vez en la Argentina, tiene el mérito no sólo de percibir el fenómeno (la novela es del año 1999) sino que organiza su obra a partir de mails. Es increíble como esta falta de respeto literaria que comete el autor, funciona, y al pasar las páginas, deja de hacer ruidos extraños para, constituyéndola, fundirse en un todo novela.

Acoso… acosa al sacralizado Dios texto, para ponerlo en el potente lugar de la herramienta más sofisticada para transmitir lo más complejo, inclusive lo que no se llega a entender del todo, las sensaciones. Hay, en la hiperrealidad que le otorga este recurso, una relegitimación del valor de “verdad” al registro ficcional para representar la realidad. Como dice Philip Roth La verdad es que nunca me planteo su veracidad. Más bien las inscribo en el tipo de relato que suministra al narrador una mentira mediante la cual puede expresar su indecible verdad.

El personaje en crisis, que gracias a la web puede ser muchos él/ella, inventándose cuerpos, trabajos, angustias, deseos…, logra generar tanta materialidad en él y en otros, que inclusive llega a descubrir su necesidad de frotarse activamente con el mundo, silenciando, al desconectarse, las voces de sus propios fantasmas.

martes, abril 26, 2011

Vargas Llosa oye cantar el gallo pero no sabe por dónde

Vargas Llosa volvió a atacar a los gobiernos de la región con los que él no concuerda ni ideológica ni políticamente. Lo hizo en Asunción de manera desprolija en cuanto a las realidades de cada sitio, con lugares comunes típicos de los propagandistas políticos de la guerra fría y mezclando sus propios deseos con las realidades. Para su crítica política, al menos en lo que tiene que ver con Ecuador, Vargas Llosa ha oído cantar al gallo pero no sabe por dónde.

Comienza por una generalización que, académicamente, no se sostiene. Ecuador no se ubica en la “órbita” de nadie. Es un país soberano que tiene relaciones con todos los países con los que cree que debe tener relaciones. Ciertamente, coincide con algunas posiciones del presidente Chávez en materia de resolución pacífica de los conflictos en el mundo y en el fortalecimiento de la integración latinoamericana, pero Vargas Llosa olvida que el Ecuador lleva adelante una política soberana, centrada en la solución de los problemas del país según la idiosincrasia propia y con una política económica que responde a la realidad que requiere ser transformada en el país.

Afirmar sin más que el estado del Ecuador es “catastrófico” no solo que resulta una adjetivación facilona y prejuiciada sino que nada tiene que ver con la realidad que vive hoy día el Ecuador y que está demostrada en sus indicadores económicos y sociales. Para Vargas Llosa, que pretende que seamos sumisos al gran capital, resulta “catastrófico” el desarrollo de un modelo económico centrado en el ser humano, que busca la independencia del capital transnacional, que acepta la inversión extranjera con control del Estado, que persigue las prácticas monopólicas y los chanchullos de los especuladores, y que maneja responsablemente para con los intereses del país y no para con los intereses de los tenedores de los papeles el problema de la deuda externa.

Vargas Llosa sostiene que, frente al gobierno de la Revolución Ciudadana, “los movimientos indígenas que fueron su punta de lanza para llegar al poder, hoy lo consideran un traidor por sus políticas estatistas, populistas que han tenido consecuencias económicas desastrosas.” Aquí Vargas Llosa confunde la realidad con el deseo. Si Vargas Llosa conociera la realidad ecuatoriana sabría que un sector de la dirigencia indígena —la más radicalmente racista y extremista— es la que está en la oposición al gobierno de Correa bajo la acusación de que implementa política “neoliberales”: ¿en qué quedamos: es por “estatista” o por “neoliberal” que esos sectores están en la oposición?

Me dirán que yo opino así porque soy embajador del gobierno del presidente Correa y que, en cambio, la de Vargas Llosa es una opinión de un intelectual libre. Pues tanto Vargas Llosa como yo opinamos desde nuestra ideología, desde nuestra posición política y desde un proyecto político determinado. Su opinión no es ni menos ni más libre que la mía: él es un intelectual orgánico de la derecha del mundo y su sistema de valores y sus opiniones responden a la política de mantenimiento de dicho sistema y a la jerarquía de la dominación basada en el esquema decimonónico de civilización y barbarie que aquella derecha imperial propone al planeta.

domingo, abril 17, 2011

La demanda de Barcelona FC y la libertad de expresión

Sandro Rosell, presidente del Barça, no aceptó por insuficientes las disculpas de la cadena Cope y presentó la demanda contra ésta y el periodista Juan Antonio Alcalá

La noticia la encontré en las páginas deportivas pues suelo seguir a los equipos de quienes soy hincha. El viernes 15 de abril, el Barcelona FC, de Catalunya, presentó una demanda civil en contra de la Cadena Cope; demanda en la que reclama € 6’190.090 como indemnización por “intromisión ilegítima en el derecho del honor, derivada de las afirmaciones realizadas”. La demanda se origina por las afirmaciones vertidas por el periodista Juan Antonio Alcalá en el programa “El partido de las 12”, el 13 de marzo pasado, “en las que vinculaba a los deportistas y médicos del club con prácticas de dopaje”.

Se trata, por tanto, de un programa de opinión deportiva bajo la responsabilidad de un periodista cuyos comentarios generaron una demanda en contra de la cadena radial para la cual trabaja. ¿Atenta la demanda del Barcelona FC contra la libertad de expresión? De ninguna manera: la libertad de expresarse implica la responsabilidad total por lo expresado. ¿Debió el Barcelona FC ajustar su demanda en contra del periodista Alcalá y abstenerse de extenderla a la cadena Cope? No, porque la Cadena no ha dado las satisfacciones del caso al club y, en la práctica, ha respaldado al periodista. ¿Tenía que aceptar que, sin pruebas, se acusara al club de dopaje en nombre de la libertad de expresión? Tampoco; si no ponía la demanda, entonces, los enemigos del club, que no faltan en estas lides, hubiesen tomado lo dicho por el periodista en la radio de la cadena Cope como una verdad sin discusión.

Esta no es la primera vez que el Barcelona FC demanda a un medio. En el 2006, el periódico Le Monde y el periodista Stéphane Mandard fueron condenados a pagar € 300.000 por la publicación de un reportaje difamatorio que dañó la imagen del club al vincular al Barça con prácticas de dopaje.

Yo creo que todo aquel que se sienta lesionado por una acusación sin fundamentos hecha por un periodista, bajo el disfraz de una opinión, tiene no solo el derecho sino también el deber de defender su honra. De ninguna manera me parece un atentado contra la libertad de expresión: por el contrario, creo que es un atentado a la libertad de expresión el sostener que se puede difamar impunemente cobijándose en una libertad cuya defensa real, en otras partes del mundo, le cuesta la vida a quienes luchan por ella.