José María y Corina lo habían conversado en alguna de sus tardes de té y facturas: toda muerte engendra ausencias y cada ausencia es un pedazo de muerte que se adhiere para siempre a nuestra piel de solos.
(De El perpetuo exiliado, 2016).

martes, diciembre 18, 2012

Mis hermanos en la madre patria


La Virgen Churona frente a Felipe III en la Plaza Mayor de Madrid. Foto de María Fernanda Ampuero.

En los domingos veraniegos del parque del Retiro
más amontonados que botellines de cruzcampo
con canastas repletas de tamales y cochinillo, mote y chicharrón,
una dicción que mezcla la cerrazón andina y el desparpajo costeño
con el acento madrileño de todos los sudacas que creen mimetizarse,
cantan mis hermanos que no conozco las tonadas tristes
con las que alegramos nuestra vida en la mitad del mundo.
Deslucen la modernidad de los españoles de sentimientos discretos,
elegantes, poco afectos al melodrama pese a las pelis de Almodóvar.
A los niños pijos de la Castellana les disgusta esa impertinencia migrante
que no olvida el viento melancólico de los páramos de las serranías
que recuerda con su caminar desinhibido el bochinche húmedo de un puerto.
Ah, estos pobres sudacas, que se vayan a los campos de Murcia
que manos se necesitan para esta vendimia, que se queden en Madrid
arreglando las habitaciones de los hoteles que llegan los turistas alemanes.
Pero, joder, que no salgan a las calles con esas cabezas de cerdas
y esas barrigas que sobresalen por la pretina de los jeans MNG.
Mis hermanos ecuatorianos, sudacas de pequeña estatura y talla L,
mujeres bellas y dulces como un durazno de Ambato, que cuidan ancianos,
varones decididos a colocar mil bloques de cemento para el edificio del día.
Trabajan en todo lo que esos niños pijos jamás harían aunque les cayera
el ajuste del PP, la severidad de la Merkel y la abolición de la siesta.
Viven amontonados, ahorrando euros, con la sonrisa digna del honrado,
Hablan con faltas de ortografía al pronunciar las ces y las zetas
putean con arrogancia cuando exigen sus derechos en los consulados
tocan guitarra y cantan en los condominios para escándalo de sus vecinos
se visten de Zara y han aprendido el arte del cachondeo y la caña de mediodía.
Los domingos se multiplican en el Retiro y mis hermanos persisten
celebrando la vida, mezclando a Sharon con Julio Jaramillo,
llevando en procesiones a la virgen Churona,
maldiciendo y extrañando y llorando al paisito, imaginario y real; ¡ah!
y una foto de Barcelona Sporting Club, de Guayaquil, en la sala del piso en Lavapiés.
A veces, alguno de ellos, contempla desde el mínimo balcón de su piso
el atractivo vacío que besa el asfalto húmedo de Otoño
por si llegaran los alguaciles con el apremio de la orden de desahucio.

Bogotá, 18 de diciembre, Día Internacional del Migrante.

El ecuatoriano Jorge Cordero, acompañado por miembros de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Oviedo, cuando resistía la orden de desahucio, en Oviedo. Cordero finalmente fue desalojado junto a su mujer y su hijs de 5 meses a fines del pasado junio.

 

lunes, noviembre 19, 2012

Vargas Llosa, intelectual de los banqueros



Mario Vargas Llosa, habla durante la XLVI Asamblea Anual de la Federación Latinoamericana de Bancos, Felaban. (EFE)



            Cuando opina sobre política ecuatoriana, Mario Vargas Llosa desbarra. Demuestra que habla no solo movido por sus prejuicios ideológicos sino que, contra la honestidad académica, es incapaz de sostener su opinión con datos fácticos. Hoy lunes 19, en la XLVI Asamblea Anual de la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban), en Lima, Vargas Llosa dijo esta sarta de lugares comunes: “En estos mismos días, en un país vecino, un gobernante cangrejo de esos que se empeñan en hacer retroceder a su país, se propone apoderarse sibilinamente del sistema bancario mediante medidas que lo pondrían de rodillas y a merced de los caprichos gubernamentales.” En la misma asamblea, el presidente de Felaban, Óscar Rivera —el mismo que contrató a Vargas Llosa para su conferencia— señaló que América Latina ha tenido tasas de crecimiento anual del 3% en promedio entre el año 2000 y 2012.
            Lo que Varguitas no conoce, o no quiere conocer porque él ya se definió como un portavoz de la derecha mundial y se olvidó por completo de la conversación en La Catedral, es que Ecuador, en 2011, con una tasa del 7,8% del PIB fue la tercera economía del continente en crecimiento. Tampoco conoce que, de 2006 a 2011, la tasa de desempleo del país cayó del 8% al 5%, que el subempleo también cayó del 57% al 44%, y que la ocupación plena subió del 35% al 51%. Ni él quiere enterarse, ya que ahora es un predicador de la religión del dios mercado, que la pobreza cayó en picada de 37,6% al 28,6% en el mismo periodo. Obviamente, ni los banqueros ni su vocero, dicen que la inversión social y productiva se catapultó entre esos años: en educación, de US$ 1.088 a US$ 3.376; en salud, de US$ 504 a US$ 1.601; en transporte y comunicaciones de US$ 570 a US$ 1.464. El prepotente Varguitas desconoce que la brecha entre el costo de la canasta básica y el ingreso familiar cayó del 33% al 7%. Los datos de la realidad económica y social del Ecuador de hoy rebaten fulminantemente las opiniones ficcionales que Varguitas predica como el nuevo evangelizador de los banqueros y su guerra del fin del mundo.
            Obviamente, la contratación de Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura 2010, para que inaugure una reunión de banqueros no es una cuestión inocente. La banca que opera en Ecuador sabe que lo que diga una figura de fama mundial tiene repercusión mediática. La prensa mercantil del país se convirtió enseguida en el altoparlante de lo dicho por Varguitas. Esa prensa de mentalidad colonizada no se pregunta ni cuestiona en calidad de qué, Varguitas se entremete en la política y en la economía del Ecuador. La ciudadanía, curada de espanto después del salvataje bancario de 1999 que nos llevó a la pérdida de la moneda nacional, ya no cree ni en la politiquería de los banqueros, ni en quien los defiende.
            Vargas Llosa, ahora intelectual orgánico de los banqueros, omite el drama de quienes fueron perjudicados por el salvataje bancario de 1999. Los que tuvieron que migrar; los que perdieron los ahorros de toda la vida; los que vieron su dinero convertido en certificados de depósitos que, además, los mismos bancos les cambiaban con descuentos; los testigos de cómo el Estado socializó la quiebra de los bancos; en definitiva, los ecuatorianos, a quienes desconoce Vargas Llosa, que ahora queremos la socialización de las ganancias.

Caricatura de Calvin, aparecida en el diario público El Telégrafo, el 21 de noviembre de 2012
 

miércoles, noviembre 14, 2012

Carta abierta a los Banksters del Ecuador





Señores
Banksters del Ecuador

De mis consideraciones:

El día de ayer recibí en mi dirección personal de correo electrónico una carta circular enviada por el banco a sus clientes. La base de datos de vuestra institución ha servido, en claro abuso de poder informático, para difundir una posición política cargada de verdades a medias que terminan configurando una mentira completa. La carta de ustedes ha pretendido crear una situación de alarma completamente falsa sobre el futuro inmediato del sistema financiero del país pero, afortunadamente, los banksters carecen de credibilidad ante la ciudadanía.
En 1999, ustedes nunca enviaron una misiva que advirtiera a los ecuatorianos las dificultades del sistema financiero que en ese tiempo existían y las posibilidades reales de perder nuestra moneda nacional como resultado de ese perverso maridaje que, en aquellos años, hubo entre el poder político y el poder financiero. El origen de esa debacle estuvo en la Ley de Régimen Monetario, de 1994, expedida por la alianza del gobierno de Sixto Durán Ballén con el Partido Social Cristiano, como parte del famoso Pacto del Cortijo acordado entre León Febres Cordero y Alberto Dahik. En ese momento, el equipo económico del gobierno —básicamente el mismo que tuvo Jamil Mahuad al inicio de su régimen— dijo que los bancos ineficientes quebrarían y que únicamente sobreviviría la banca viable. El dios mercado, al que ustedes veneran, se encargaría de ello. Lo que sucedió ya lo sabemos: más de cuatro mil millones de dólares tuvo que pagar el Estado para salvarle los trastos a la banca y a los banksters.
Ustedes pretenden hacer creer a los clientes que la economía del país anda bien porque los bancos se volvieron cuidadosos de los ahorros. Lo que no dicen es que el Estado tuvo que expedir nuevas leyes para aumentar controles y regulaciones a una banca a la que no se puede permitir que la “regule el mercado” porque inmediatamente se llena de préstamos vinculados, intereses de usura, cobro arbitrario de los servicios bancarios, lucro indebido por la impresión de cheques, depósitos especulativos en el exterior, o escalas salariales que van en desmedro de las utilidades a las que tienen derecho todos los trabajadores de la institución. Tampoco dicen que la economía del país está sana porque existe un gobierno que ejecuta una política económica centrada en los intereses del ser humano y no en la avaricia del capital.
Insinúan que el gobierno querría que los bancos se manejen con criterio político y no técnico como, supuestamente, ustedes lo hacen. Ya se han olvidado que, hasta poco más de un lustro atrás, los ministros de Finanzas eran por lo general, ellos mismos, “préstamos vinculados” de la banca al gobierno de turno. También se han olvidado que poderosos banqueros en su momento fueron financistas de las campañas presidenciales. Recordemos los 3 millones de dólares que Aspiazu donó a la campaña de Mahuad y que fue determinante para que el gobierno decretara el feriado bancario. Vuestro actual candidato a la presidencia, el banquero Guillermo Lasso, fue nombrado primero Gobernador del Guayas y luego Superministro de Economía del gobierno demócrata cristiano de Mahuad, y tiene una enorme responsabilidad en el manejo de la crisis económica de aquellos años. Filanbanco, hacia fines de 1998, había recibido alrededor de 300 millones de dólares para su salvataje —una cifra similar a lo que se requiere para aumentar el Bono de Desarrollo Humano a 50 dólares—, millones proveniente de todos los ecuatorianos. ¿Fue técnico o político socializar las pérdidas?
De manera irresponsable para con el país y para con el mismo sistema financiero, ustedes han propalado entre sus clientes el rumor de que podría existir alguna medida gubernamental que pondría “en riesgo los ahorros” del público y, frente a aquella hipotética situación, ustedes defenderían a los clientes. Lo que no aclaran es que por primera vez existe en el país un gobierno independiente de los intereses de la banca y en donde ustedes ya no tienen influencia. Lo que no aclaran es que el poder político que han perdido pretende ser recuperado a través de un banquero que hoy está de candidato a la presidencia y que cuenta con el apoyo de la prensa mercantil. Lo que no aclaran es que ustedes, acostumbrados a socializar las pérdidas, son renuentes a la redistribución social de la plusvalía.
Atentamente,