En días pasados, luego del acuerdo alcanzado por la SENESCYT y la Universidad Andina Simón Bolívar, sede Ecuador, que fuera publicitado el 1 de junio, aparecieron dos artículos de opinión que, de manera tendenciosa, interpretan el acuerdo; de forma tergiversada, mencionan mi participación en el impasse de la UASB; y, de manera deliberada, ocultan a sus lectores la negativa del rector de la UASB-E a reintegrarme como docente de planta. El uno, "Acuerdo sobre la Andina", de Enrique Ayala Mora (El Comercio, 09-06-17); el otro, "El acuerdo con la Andina", de Felipe Burbano de Lara (El Universo, 13-06-17). Ambos artículos, básicamente, dicen lo mismo y tienen similares punto de vista, por lo que habré de referirme, indistintamente, a ambos.
El acuerdo entre la SENESCYT y la
UASB es importante porque ha logrado que, finalmente, la UASB-E acepte
públicamente lo que sus autoridades, sistemáticamente, se habían negado a
aceptar: 1) Ingresar al eSigef y manejar
los fondos públicos con los sistemas contables y de registro que llevan todas las instituciones
públicas del país; 2) Repatriar al sistema financiero nacional los recursos que
la UASB tiene en el exterior; y 3) Reconocer la competencia de las autoridades
de control del Estado ecuatoriano sobre el manejo de los fondos públicos.
En contraparte, la SENESCYT se comprometió
a “reafirmar el estatus de organismo público internacional de la UASB-E”, que
es algo que nunca ha estado en duda; y a gestionar las asignaciones pendientes.
Estos puntos serán resueltos una vez que la UASB cumpla con las tres exigencias arriba
mencionadas; puesto que, para empezar, las transferencias deberán hacerse a
través del eSigef, según señala la Ley. Exactamente lo mismo que el gobierno
anterior le exigía a la UASB.
Sin embargo, tanto Ayala Mora como
Burbano de Lara, opinan sobre el impasse desde una supuesta victimización
política. Ninguno reconoce que la UASB-E, por razones de militancia partidaria
de sus autoridades —empezando por Ayala Mora, que utiliza su columna editorial,
con el beneplácito del diario en el que escribe, para opinar sobre un asunto del
que es juez y parte—, se ha negado a cumplir la Ley ecuatoriana. Tanto se ha
negado que ahora firma un acuerdo aceptando que habrá de cumplirla. Suena
extraño pero es así: con el acuerdo, las autoridades de la UASB-E reconocen que
ahora sí se someterán a la Ley ecuatoriana.
Ninguno de los dos editorialistas informa a sus
lectores que el Consejo Superior de la UASB, cuyo presidente es el colombiano
Luis Fernando Duque, también ha impelido a las autoridades de la sede Ecuador a
cumplir con la Ley del país. Por ejemplo, en la sesión del 22 de noviembre de
2016, fue resuelto que el presidente del fondo de inversiones de la UASB-E
(Fondo de Promoción) debió haber presentado, en quince días desde esa fecha, un
informe detallado sobre la evolución de dicho fondo. El cumplimiento de esta
disposición ha sido escamoteado pues, una comunicación del 22 de diciembre de
2016, firmada por el presidente del Fondo de Promoción, está llena de
disquisiciones legales y justificaciones sin mencionar una sola cifra que
permita tener una idea, para empezar, de a cuánto asciende dicho fondo.
Nunca las autoridades de la UASB-E han rendido
cuentas a la comunidad universitaria sobre el Fondo de Promoción —que el actual
rector se ha comprometido a repatriar—; por eso es que ningún estamento de la UASB
conoce hasta hoy: 1) Cómo y cuándo se formó el fondo; 2) Cuál ha sido su monto
en los diferentes años; 3) Cómo ha evolucionado; dónde y bajo qué condiciones
financieras ha sido invertido; 4) Qué se ha hecho con los intereses generados;
5) Si se ha dispuesto de parte del capital, en qué se ha invertido y bajo qué
normas de uso dinero público.
Dado el acuerdo firmado con la SENESCYT, ojalá
que las autoridades de la UASB, por fin, informen sobre el Fondo de Promoción a
todos los estamentos de la comunidad universitaria. Asimismo, ojalá que, para
el bienestar de trabajadores y docentes, se decidan a arreglar las glosas y
otras cuentas pendientes con el IESS para que los empleados de la UASB puedan
acceder a los servicios de la seguridad social. Y ojalá que, finalmente, los
docentes sean ubicados según ordena el Reglamento de Carrera y Escalafón del
Profesor e Investigador del Sistema de Educación Superior, expedido en 2013,
según la LOES.
Los articulistas, asimismo, repiten
dos consignas falsas para justificar su argumento esgrimido desde la “teoría de
la conspiración”: la una, que en la UASB-E el rector es elegido; y la otra, que
yo era el “candidato del correísmo”
frente al “candidato de la universidad”. Sobre el primer punto, el Estatuto
señala que el rector de la UASB es designado por el Consejo Superior. Para
comprender mejor este asunto, los remito a mi artículo "Cinco apuntes sobre el impasse de la Universidad Andina Simón Bolívar" (El Telégrafo, 05-02-16).
Sobre el segundo punto: bien conoce Enrique
Ayala Mora —quien, destruyendo una relación fraternal que nos unió durante el crecimiento
de la UASB, no tuvo empacho, por causa de la coyuntura política, en “demonizarme”
durante la consulta previa con toda clase de mentiras sobre lo que sería mi
actuación si era designado rector—, y también lo sabe la comunidad universidad:
yo he sido profesor fundador de la UASB-E, y como tal tenía y tengo el derecho
de aspirar a cualquier función de dirección de la universidad por mí mismo sin
asumir la bandería de ningún gobierno ni partido político. Yo participé del proceso de designación
de rector en mi condición de docente fundador de la UASB y era tan “candidato de
la universidad” como cualquier otro.
Así que, señor Burbano de Lara, tranquilo; no
se afane usted en pretender colocarme sambenito alguno al mejor estilo de los
inquisidores. Mi nombre siempre será recordado en la UASB-E: me recordarán como
parte del grupo de profesores fundadores de la universidad, como director del Área
de Letras, como director-fundador de la revista Kipus,
como investigador del proyecto de las literaturas del Ecuador, como miembro del
Consejo Superior de la UASB que ha exigido que la institución cumpla la Ley, y
también me recordarán como un docente que, en cada curso, aprende enseñando.
Lo que tampoco informan Ayala Mora y Burbano de
Lara a sus lectores es que, contra todas las declaraciones de pluralismo y
democracia de las que llenan sus escritos, el actual rector de la UASB-E, con
una serie de maniobras dilatorias, se niega a que yo reingrese como docente de
la universidad. He dirigido tres oficios al rector solicitando mi reintegro a
las actividades académicas y docentes que me corresponden: el 5 de mayo, el 29
de mayo y el 13 de junio. Pueden consultar el oficio del 13 de junio a Jaime Breihl que resume la situación en la que mis derechos laborales
están siendo violentados.
Mi
condición de docente de la UASB está corroborada por el hecho de que la propia
UASB-E —como corresponde a mi estatus de profesor de planta del Área de Letras
y Estudios Culturales—, me ha incluido en la página web de la universidad;
asimismo, consto en el folleto de Convocatoria Internacional 2017 de los
Programas de Maestría de Investigación; y, además, en la pasada consulta previa
para rector que tuvo lugar el 24 de octubre de 2016, estuve registrado, como
docente de planta, en el padrón y ejercí mi voto. Pero las autoridades actuales
se niegan a reintegrarme a mis actividades académicas y docentes.
Hablan contra “el autoritarismo” y “el abuso”,
y hacen pomposas declaraciones de “pluralismo”, pero en su esfera de poder, sea
laboral o doméstica, se comportan como tiranos que violentan derechos laborales,
y como sectarios que no admiten el disenso. Pero no solo eso. El rector de la
UASB, el mismo que firmó el acuerdo con la SENESCYT, también desacata una resolución, del 11 de mayo, emitida por el presidente del Consejo Superior de
la UASB, “máximo organismo de dirección de la universidad”, según lo estipulado
en el artículo VII, numeral 1, de su Estatuto, que lo conmina a reintegrarme en
un plazo máximo de quince días. Dicho plazo terminó el 27 de mayo y yo continúo
con mis derechos laborales violentados.
El acuerdo entre la SENESCYT y la UASB-E es
plausible porque se basa en una fórmula sencilla, que no da lugar a
interpretaciones: la UASB-E tiene que cumplir las leyes del Ecuador si quiere gozar
del reconocimiento del Estado ecuatoriano como organismo público internacional
y participar de los recursos públicos destinados a las universidades. Para que
el acuerdo sea puesto en práctica, ya que hasta hoy está únicamente en un
documento, solo hay que hacer lo que no quiso hacerse en el pasado: cumplir la
Ley.