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Por su papel como Eunice en Aún estoy aquí, Fernanda Torres ganó un Globo de Oro a Mejor Actriz y junto con Demi Moore por La sustancia son mis favoritas para ganar el Oscar en esta categoría. |
Rubens Paiva (1929-1971) fue in
ingeniero civil que, como diputado del Partido Laborista Brasileño, PTB, se
opuso al golpe de las Fuerzas Armadas, apoyadas por los EE. UU., contra el presidente
João Goulart, en 1964, que instauró la dictadura militar que duró hasta 1985. Paiva
tuvo que exiliarse, pero regresó a los nueve meses y, apartado de la política,
se dedicó a su profesión. El 20 de enero de 1971 fue detenido en su casa y
llevado sin fórmula de juicio a un cuartel donde lo torturaron para,
finalmente, desaparecerlo. Por la Ley 9.140 fue reconocido como muerto en 1995.
Maria Lucrécia Eunice Facciolla Paiva
(1929-2018) estaba casada con Rubens Paiva. Después de que los militares se
llevaran a su esposo, ella fue detenida ilegalmente y sometida a violentos
interrogatorios durante doce días. Al tomar conciencia de la situación política
en la que se encuentra, Eunice, con cinco hijos, comienza a estudiar derecho y se
gradúa de abogada a los 48 años. Eunice se convirtió en una activista contra la
dictadura y por los derechos humanos, particularmente, de los derechos de los
pueblos indígenas del Brasil.
Marcelo Rubens Paiva, hijo de
Rubens y Eunice, publicó en 2015 el libro autobiográfico Aún estoy aquí (Ainda
estou aquí) y Walter Salles dirige la película del mismo nombre que es
un conmovedor drama político con una actuación extraordinaria de Fernanda
Torres, que por ello recibió un Globo de Oro y está nominada al Oscar de Mejor
Actriz Principal.
La película está centrada en Eunice
y la manera cómo enfrenta una etapa crucial de su vida que fue la detención y
posterior desaparición de su marido, en cómo mantiene la unidad familiar y la
crianza de sus cuatro hijas y su hijo, y en cómo se transforma en una activista
social. Al contarnos, durante la primera media hora, la vida cotidiana de la
familia antes de la detención de Rubens, el director no solamente nos retrata al
personaje, sino que evidencia todo el espíritu de la gente que la dictadura
militar laceró con crueldad.
Salles introduce los recuerdos de
los Facciolla Paiva con filmaciones Super 8, con lo que logra darnos imágenes de
primoroso afecto familiar; además, sus tomas de la playa, del fútbol callejero,
de los bailes en casa, de las comidas, etc., construyen un relato emocionante sobre
la convivencia de padres e hijos al comienzo de los 70. La omnipresencia intimidante
y totalitaria de la dictadura, así como la insurgencia de la guerrilla urbana, se
sienten con los sobrevuelos y el tránsito de camiones de militares, al igual
que los informativos de televisión que pasan las noticias de los secuestros de
embajadores.

Luego de la detención de Rubens
(Selton Mello) llega el protagonismo de Eunice (Fernanda Torres). La
caracterización de Torres es extraordinaria, llena de matices en la mirada, los
gestos y la voz. La contención en su expresión corporal, cuando está cautiva, muestra
su confrontación al poder autoritario desde la dignidad humana y, al mismo
tiempo, el equilibrio emocional ante el terror que está viviendo. Luego está su
manejo de la escena, que es manejo de todas las situaciones a la que se
enfrenta, la expresión de su rostro que confronta la persecución, las carencias
y sus desafíos en la defensa de las comunidades indígenas de la Amazonía. Todo
contribuye a una caracterización memorable: su voz serena y firme, su explosión
contra los policías del régimen que vigilaban permanentemente su casa cuando
murió Pimpão, el perro, su alegría de justicia el día en que, finalmente, declararon
desparecido muero a Rubens, etc. Fernanda Torres tiene una actuación exquisita
y lleva encima de sí casi todo el registro conmovedor de la película. La
aparición de su propia madre, Fernanda Montenegr
o, como la madre de Eunice,
es un regalo del cine cargado de emoción.
Aún estoy aquí, dirigida por Walter
Salles, es un estremecedor drama político, íntimo y cotidiano, atravesado por
el amor y la esperanza, y por la dignidad vital como los instrumentos con los
que una mujer y sus hijos se enfrentan a las atrocidades de la dictadura
militar brasileña.