Para
escapar de sus acreedores, una mezcla de banqueros y gánsteres, Mickey Barnes (
Robert
Pattinson) se embarca en una misión destinada a colonizar al planeta Niflheim
como el
reemplazable (
expendable) del viaje. Si el ser humano es un
ser que vive para la muerte, el
reemplazable vive para morir y volver a
vivir y volver a morir y volver a vivir y otra vez lo mismo. Se trata de un ser
humano convertido en un espécimen de laboratorio utilizado para misiones
peligrosas toda vez que una máquina, como si fuera una impresora en 3D, se
ocupará de reproducirlo nuevamente en su misma condición para una nueva muerte.
Mickey
17, la nueva película de
Bong Joon-ho,
basada en la novela
Mickey7, de
Edward Ashton, puede ser vista como una sátira de ciencia ficción
anticapitalista que, además, entrega una caricatura de un político desquiciado
y fanático que pretende apropiarse de un mundo, al estilo Trump.
Bong,
que, en 2020, ganó con su
comedia negra Parásitos
los Óscar por dirección, película, película internacional y guion, continúa su manera
particular de criticar la sociedad capitalista. Si en
Parásitos —una película
de indudables méritos fílmicos con una fuerte crítica a la despiadada inequidad
social del capitalismo— su esperpéntica lucha de clases terminó por convertir a
la rica familia Park en víctimas de los Kim, unos resentidos sociales devenidos
criminales, en
Mickey 17 la sátira, en lenguaje de ciencia ficción, devela
la vocación imperial del capital y su poder político en clave de humor y
caricatura, a la que suma una reflexión sobre la inutilidad de la inmortalidad
del ser humano.
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Naomi Ackie y Robert Pattinson |
Más allá
de su tono provocadoramente sangriento, Mickey 17 es una película
divertida y los niveles de verosimilitud científica parecen no importarle a
Bong. Lo importante es el humor: unos jóvenes científicos desprolijos en su
trabajo, unos fanáticos sectarios dispuestos a colonizar un planeta, un líder
político de discurso místico y cruel con una esposa obsesionada por las salsas,
unos prestamistas mafiosos y criminales, etc. Un punto de quiebre es, por supuesto, cuando quedan vivos los Mickey 17 y 18 y el
enfrentamiento y lucha por la sobrevivencia se convierte en un planteamiento
sobre el miedo a la muerte y el sujeto escindido.
La crítica al individuo alienado
por el sistema está concentrada, de manera burlona, en la
resignación de Mickey para morir en las diversas circunstancias a las que es
sometido: una exposición espacial a la radiación, un envío al crematorio cuando
aún está vivo, la indignación que le da cuando las criaturas del planeta
Niflheim le salvan la vida y no se lo comen como él creía que iba a suceder,
etc. Ese tono de sátira le permite a Bong introducir las preguntas sobre el
miedo a la muerte, la resistencia al dolor, la noción de una inmortalidad
congelada en el tiempo, la idea de la clonación del cuerpo con modificaciones del
yo, etc. Pattinson logra una interpretación soberbia para encarnar todas las
dudas y facetas de los diversos Mickey. Y, por supuesto, el tratamiento de los
temas del amor, la libertad sexual y el poder de las mujeres está muy bien
desarrollado a través de los personajes de Nasha Barridge (Naomi Ackie) y Kai
Katz (Anamaría Vartolomei, a quien recuerdo en El
acontecimiento y El conde de Montecristo).
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Toni Colette y Mark Ruffalo |
Mark Ruffalo
es el político Kenneth Marshall, que lidera el viaje de los colonizadores. Bong,
desde la dirección, y Ruffalo, por su actuación, consiguen darle vida propia a
un estereotipo. Marshall es un estúpido con poder; inseguro, ambicioso,
dependiente de lo que le dice su mujer Ylfa (Toni Colette), que complementa con
solvencia el dueto de personajes malvados, prejuicioso y cruel. Una caricatura
de Trump, aunque en versión de marginal del establecimiento y perdedor. Esa
mezcla de fascista y místico que pretende un universo dominado por el hombre anglosajón
¡considera aliens a las criaturas que pueblan el planeta que quiere
colonizar! En esta línea, un acierto de Bong es que las criaturas que pueblan
Niflheim están muy lejos de las formas humanas, con lo que se muestran como seres
ante los que los humanos son el Otro, el diferente, y con el que, a pesar de que
constituyen desde su llegada una amenaza para su mundo, prefieren convivir en
paz.
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Bong Joon-ho (1969) |
Mickey
17, de Bong Joon-ho, es una divertida sátira que cuestiona una sociedad
capitalista desquiciada e imperial con humor sangriento y una despiadada imagen
del cuerpo humano que está reducido a una mezcla de cenizas, vísceras y excrementos
y cuya información vital cabe almacenada en un disco duro en forma de ladrillo.
No obstante, la liberación y felicidad de Mickey reside en reasumir su condición
humana.
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