José María y Corina lo habían conversado en alguna de sus tardes de té y facturas: toda muerte engendra ausencias y cada ausencia es un pedazo de muerte que se adhiere para siempre a nuestra piel de solos.
(De El perpetuo exiliado, 2016).

lunes, mayo 06, 2024

La inteligencia artificial se vuelve indetectable

 
            «Acabo de encontrar una inteligencia artificial que es indetectable y lo mejor de todo es que te puede hacer un ensayo completo de lo que tú quieras», anuncia un tiktokero con su mejor sonrisa y el tono más convincente. «La página se llama Aithor.com» y bastó que yo la consultara para que en mi Instagram apareciera, a cada momento, publicidad sobre esta y otras páginas similares. Parecería que al ChatGPT le salió una competencia que tomó la delantera. ¿Para qué pensar alrededor de un tema, si Aithor puede pensar por ti? ¿Para qué investigar un asunto, organizar las lecturas, los datos y demás, y construir el esquema de un texto, si Aithor puede hacer todo esto por ti? ¿Para qué escribir un ensayo, una ponencia, un artículo para una revista indexada, si Aithor puede escribirlos por ti? Si le pregunto al ChatGPT acerca de los aportes de la inteligencia artificial para la educación, me ofrece: la personalización del aprendizaje, la automatización de las tareas administrativas (entre las que incluye la evaluación de exámenes) y la mejora de la retroalimentación. Como buena marquetera de sí misma, también habla de los desafíos, es decir, de los problemas, y menciona la ampliación de la brecha tecnológica y el impacto en el empleo docente, es decir, el crecimiento de la inequidad y la pérdida de puestos de trabajo. Yo no soy optimista sobre los efectos positivos de las aplicaciones de inteligencia artificial en ciertos procesos educativos; por el contrario, si la escuela y la universidad no toman medidas urgentes, partes fundamentales del aprendizaje como son la investigación, la escritura y, en general, el pensamiento crítico, se convertirán en un fraude de principio a fin. Aithor, por ejemplo, tiene un amplio menú en el que puedes seleccionar el número de páginas, el estilo de citación —oferta que incluye APA, MLA, Chicago, Harvard, Vancouver— o elegir el tono de la escritura: formal, objetivo, informativo, analítico, persuasivo, narrativo, descriptivo, casual. Por supuesto, nos ofrece un índice de los temas, de tal forma que el usuario pueda modificarlo según su necesidad, añadiendo o suprimiendo ítems. ¿En qué se diferencia este fraude en el que la IA escribe en lugar del estudiante con la antigua copia del trabajo del compañero de aula o el pedido directo a una persona amiga para que escriba la tarea del ensayo en vez de nosotros? Las aplicaciones de inteligencia artificial como ChatGPT o Aithor, en la práctica, se están convirtiendo en el reemplazo de aquellos licenciados de antaño que “asesoraban” la elaboración de monografías escolares o el tristemente célebre sitio web El rincón del vago. Solo que más rápido, más barato[1] y con la promesa de que el fraude será indetectable. «En pocos segundos tendremos un ensayo completo». Otras preguntas rondan en mí: ¿para qué más investigadores en las universidades?, ¿para qué más revistas indexadas?, ¿para qué la construcción del saber, entendida como un ejercicio comunitario del ser humano? Parecería que las revistas indexadas en línea seguirán existiendo, únicamente, para alimentar la información que acumula y almacena la inteligencia artificial; aquella información que le sirve para convertir al saber en un insumo para plagiar el conocimiento del ser humano y ofrecerlo como propio a la misma humanidad. Debo aclarar, antes de concluir esta reflexión, que no estoy en contra del desarrollo de la inteligencia artificial como una herramienta del progreso de la humanidad, sino contra la proliferación, sin control, de las aplicaciones que sustituyen el ejercicio del lenguaje del ser humano y la promoción celebratoria de su uso para el fraude académico. Aithor, author, autor, al finalizar el ensayo que ha escrito en lugar nuestro evalúa el nivel de enmascaramiento: «Su contenido parece escrito por humanos. No se requieren cambios». Y, sin embargo, se requieren muchos cambios a nivel educativo, ético y legal para enfrentar esta carrera por el dominio del mercado en la que los fabricantes de las aplicaciones de IA han encarrilado a la humanidad. 

       


[1] La aplicación Aithor es promocionada como un generador de ensayos impulsado por IA, que escribe de manera impecable e instantánea y que se puede comprar por 24,99 USD$ al mes. También ofrece un descuento por subscripción anual para que el costo sea tan solo de 99,99 USD$. El fraude académico, indetectable, al alcance de su mano por unos cuantos dólares.


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